Desde hace años que los porteros electrónicos son un codiciado botín para los ladrones. Mucho más si son de bronce. Por eso, cansados de gastar todo un presupuesto en reponerlos, cada vez son más los propietarios que deciden usar algo más simple y que, como no tiene valor de reventa, nadie roba: un código QR.
La idea se le ocurrió a Enrique Vidal y su socio, directores de la empresa Bellify, quienes diseñaron un código QR que, mediante una aplicación, recrea las teclas del portero electrónico en la pantalla del celular.
La persona que llega al edificio escanea el código que está pegado en la entrada y hace click en la tecla correspondiente al piso y departamento al que desea ir. Así al propietario le llega una alarma a su celular y se abre un chat para comunicarse.
Es lo que hacen en un edificio de Palermo, donde el mes pasado les robaron el portero eléctrico y, en lugar de comprar otro, pegaron un código QR.
“Sale muchísimo más barato, nunca se rompe y lo más importante es que nadie lo roba. Y si lo llegaran a robar se repone sin ningún costo”, cuenta Daniela, la administradora.
Wilson, vecino del edificio, cuenta que al principio a algunos les costó acostumbrarse, pero la mayoría ya se habituó.
“La verdad que cada vez que se roban el portero es un gasto tremendo. Ojalá no hubiera que reemplazarlo, pero no nos quedaba otra”, se resigna.
A veces, por suerte, hecha la trampa; hecha la ley. “La ley del QR”.
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