Al igual que ser alto o bajo, que te gusten los hombres o las mujeres no está definido por un solo gen, sino por múltiples regiones del genoma y, como cualquier característica humana compleja, por múltiples factores no genéticos.
Esta es la conclusión de un análisis llevado a cabo en medio millón de perfiles de ADN por un grupo de investigadores en Europa y Estados Unidos, que fue publicado el jueves por la prestigiosa revista Science.
La orientación sexual tiene un componente genético, aseguran los investigadores, confirmando estudios anteriores más pequeños, especialmente en mellizos. Pero este componente depende de una gran cantidad de genes. "No hay un único gen gay, sino muchos pequeños efectos genéticos distribuidos en el genoma", dice Ben Neale.
El nuevo análisis estadístico reveló cinco posiciones precisas en nuestros cromosomas, llamados locus, que parecen estar claramente relacionadas con la orientación sexual, aunque cada una tiene una influencia "muy pequeña".
En 1993, un estudio a 40 familias pensó haber identificado un lugar único, el gen Xq28, que define la orientación sexual. El nuevo análisis refuta este modelo simplista. Es probable que una cifra revelada por este estudio genere confusión. Los investigadores estiman que "8 a 25%" de las diferencias de orientación sexual en la población de la prueba se deben a variaciones genéticas.
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