Un agente de la Guardia Urbana de Barcelona mató ayer de un disparo a Sota, la perra de un joven que vive en la calle en el centro de Barcelona. Los hechos ocurrieron en la zona de Sants-Montjuïc de la capital catalana, cuando una patrulla quiso identificar a una persona que se encontraba cerca de Plaza España con Gran Vía. Según el atestado policial, el perro mordió en el brazo a uno de los agentes, que, al temer por su vida, disparó al animal y le causó la muerte.
"Mientras el chico se acercaba al agente que tenía la extensible, le puso la rodilla en el cuello al perro, y efectuó un solo disparo a la cabeza"
— PACMA (@PartidoPACMA) 19 de diciembre de 2018
Este es el terrible testimonio que nos han enviado de cómo la @barcelona_GUB acabó con la vida de Sota. #JusticiaParaSota pic.twitter.com/W1cnMmu45p
En los videos publicados en las redes sociales se puede comprobar cómo Sota agonizó durante minutos en la acera mientras su propietario era detenido. Las imágenes, de gran dureza, han provocado indignación en las redes sociales y los animalistas han convocado una manifestación de repulsa.
Según ha informado hoy la Urbana, la patrulla, ante la apariencia de que se trataba de un perro de raza peligrosa, pidió al propietario del can que lo atara, como establece la ordenanza de tenencia de animales.
Como fija el protocolo de la Urbana en los casos en los que un agente utiliza su arma reglamentaria, la Unidad de Deontología y Asuntos Internos (UDAI) de la policía local barcelonesa inició ayer mismo una revisión de los hechos, en una investigación que ha concluido que el agente actuó en defensa de su integridad física y que no le quedó otra opción que disparar al animal.
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