Un grupo de curas decidió reactivar una vieja fábrica de cerveza en la Abadía Grimbergen, en Bélgica, el cual fue saqueada e incendiada 200 años atrás y ahora elaborarán sus propias bebidas.
"El negocio principal era la religión, pero la elaboración de cerveza era necesaria porque el agua en ese momento en la Edad Media no era potable y también era una especie de pago" , contó Karel Stautemas , el subprior, quien está terminando sus estudios acerca de cómo realizar correctamente la bebida popular.
La microcervecería llevará el nombre del monasterio, su logo será un Ave Fénix y el slogan "Quemado pero no destruido". Para celebrar el inicio de esta nueva etapa producirán tres ediciones especiales de la reconocida "Grimbergen".
El objetivo actual será combinar la tradición de 900 años de elaboración con nuevas técnicas e innovación. Si bien los curas se capacitaron para llevar a cabo la mayor parte del trabajo, estarán comandados por Marc-Antoine Sochon, un maestro cervecero de Carlsberg.
Entre las tareas que los cristianos deberán realizar está: elaborar la cerveza, cuidar las plantaciones de lúpulo, controlar las operaciones y dirigir las ganancias al mantenimiento del lugar que habitan así como también a diferentes causas benéficas.
Fuente: Reuters
Comentarios