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El descubrimiento de un huevo de dinosaurio revela un rasgo evolutivo desconocido
Científicos anunciaron este martes el descubrimiento de un huevo de dinosaurio perfectamente conservado, que data al menos de hace 66 millones de años.
El fósil fue descubierto en Ganzhou, en el sur de China, y pertenece a un dinosaurio terópodo sin dentadura, u oviraptosaurio, que los investigadores bautizaron como "bebé Yingliang".
"Es uno de los mejores embriones de dinosaurios jamás encontrados", expresó a la AFP la investigadora de la Universidad de Birmingham Fion Waisum Ma, coautora de la publicación en la revista Science.
Ma y sus colegas encontraron al embrión con su cabeza colocada por debajo de su cuerpo, con los pies a ambos lados y con la espalda encorvada, una postura que no había sido observada antes en dinosaurios pero similar a la de las aves modernas.
En los pájaros, ese comportamiento es controlado por el sistema nervioso central y se le llama "plegamiento". Los pollos que se preparan a salir del huevo colocan su cabeza debajo de su ala derecha para mantenerla estable mientras rompen el cascarón con sus picos. Los embriones que no logran esta posición tienen más chance de morir por una eclosión fallida.
"Esto indica que tal comportamiento en las aves modernas primero evolucionó entre sus ancestros dinosaurios", explicó Ma.

Los oviraptorosaurios, o "largatos ladrones de huevos", eran dinosaurios emplumados que vivían en lo que ahora es Asia y Norteamérica durante el periodo Cretácico Superior.
Tenían varios tipos de picos y dietas, y su tamaño iba desde el de un pavo moderno al del enorme Gigantoraptor, de ocho metros de largo.
El "bebé Yingliang" mide unos 27 centímetros de largo desde la cabeza a la cola y se encuentra dentro de un huevo de 17 centímetros en el Yingliang Stone Nature History Museum.
Los investigadores creen que la criatura es de hace 66 a 72 millones de años, y probablemente pudo preservarse al quedar el huevo enterrado como consecuencia de un alud, lo que lo protegió de los carroñeros por tanto tiempo.
Habría crecido hasta los dos o tres metros de largo de haber llegado a ser adulto, y probablemente se habría alimentado de plantas.
El ejemplar es uno de varios fósiles de huevos que quedaron olvidados en un depósito por décadas.
El equipo de investigación espera estudiar al "bebé Yingliang" con más detalle a través de avanzadas técnicas de escaneo, para mapear todo su esqueleto, incluidos los huesos de su cráneo, porque parte de su cuerpo aún está cubierto por roca.
Fuente: AFP.