"Mi única tristeza es que no puedo besar correctamente. Es sorprendente lo importante que es esto", afirmó Annabel Lovick, un mujer a la que le crecen pelos en la lengua.
La historia de esta británica de 48 años se conoció hace un tiempo cuando contó la pelea y tratamiento que le permitió supera un cáncer de lengua.
Hace un año sintió una masa dentro de su lengua, se realizó varios estudios y los médicos determinaron que tenía esa enfermedad.
Su condición se fue agravando a medida que el tumor crecía, experimentaba inflamaciones, le costaba más mover la lengua y hablar.
"Me sorprendió el daño potencial que habría en mi voz, comer, hablar porque no tienes idea de cuánto hace tu lengua", contó al Daily Mail.
Y añadió: "Lloré y estaba preocupada, pero creo que fue más aterrador para todos a mi alrededor".
En ese momento los médicos le recomendaron extraer el tumor mediante una delicada cirugía, que debía asegurar además la funcionalidad de su lengua reconstruida, además de la masticación, la deglución, el habla, la respiración, la movilidad de los músculos, de su mandíbula y la circulación sanguínea.
Esa operación se llevó a cabo en febrero pasado en el Hospital Guy, que consistió en "quitar alrededor de un tercio de la lengua a través de una incisión en el cuello", relató Annabel.
Asimismo, debieron extraerle los ganglios linfáticos del cuello, algunos dientes y a partir de allí realizar una reconstrucción de la lengua con injertos de piel tomados de su pierna.
Lovick se sometió al procedimiento de diez horas de duración y luego permaneció 30 horas en terapia intensiva.
"Me hicieron una traqueotomía, tenía drenajes en el cuello, catéteres, sondas de alimentación, un drenaje en la pierna, ventilación y un doppler en el cuello para monitorear el suministro de sangre a la nueva lengua", recordó.
La madre de dos hijos también explicó: "Una vez que salí de la UCI y un poco más consciente de lo que estaba pasando, encontré las restricciones de todos los tubos bastante alarmantes".
Todo fue un éxito y la operación le salvó la vida. Y aunque eso es lo más importante, ahora Annabel experimenta otro malestar: le están saliendo pelos en la lengua.
Y eso le impide besar, le molesta al tragar, hablar fluidamente, comer helado y lamer sus labios.
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