Una vez los aviones tomaron altura, los trabajadores de las aerolíneas comienzan a pasar por el pasillo con el carrito para ofrecer comidas y bebidas. Es justo en ese momento cuando los pasajeros debieran tener en cuenta que no tienen que pedir ni café ni té.
Así lo ha confesado Jamila Hardwick, una azafata de Air Hollywood a la revista 'Inside Nation'. De hecho, revela que ni ella ni sus compañeros de trabajo suelen tomar bebidas calientes cuando vuelan. El problema, señala, es que "los depósitos de agua casi nunca se limpian".
También aconsejó no pedir Coca-Cola light ya que es el refresco que más rápido se agota, por lo cual tardarán en servirlo más que ningún otro. "Para cuando lo sirvamos, podríamos tener tres bebidas más por otro lado", afirma.
Hardwick también advirtió sobre las mantas y almohadas de los aviones: "¿Lo mejor que puedes hacer?. Trae el tuyo. Es cierto que se lavan, pero no estamos tan seguros de lo bien que se lavan. Para la almohada, quitan el forro y le ponen uno nuevo, por lo que la almohada sigue sucia", reveló.
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