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Madrid: mató y descuartizó a su inquilina argentina y lo condenaron a 27 años de prisión

El asesino, que era el casero, trató de picar el cuerpo en una trituradora que guardaba en su garaje.
Por Telefe Noticias

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Internacionales: Madrid: mató y descuartizó a su inquilina argentina y lo condenaron a 27 años de prisión

El Tribunal Supremo español confirmó este martes la condena de 27 años y tres meses de prisión a un hombre sentenciado en 2017 por matar a Adriana Beatriz Gioiosa, una argentina que era su inquilina, y a su tía, Liria Hernández Hernández.

Bruno Hernández Vega, no sólo asesinó a las dos mujeres, sino que además las desmembró y destruyó sus cuerpos en una picadora industrial en el sótano de una casa que tenía a su nombre en la localidad madrileña de Majadahonda.

En su sentencia, la Justicia desestimó el recurso de apelación de Hernández, condenado en primera instancia por las dos muertes. La defensa alegó que el acusado ya sufría "esquizofrenia paranoide" cuando asesinó primero a su tía, en 2010, y luego a su inquilina, en 2015.

Sin embargo, la Sala del Supremo que resolvió su recurso, solo vio una "limitación leve de las facultades mentales del acusado" y destacó que los especialistas señalaron que "en todos los delirios el nivel de conciencia, la inteligencia y la memoria no aparecen alterados".

Los magistrados consideran que el condenado actuó "planificando y desarrollando diversas acciones, en un periodo de tiempo dilatado, para prepararlos y encubrirlos primero, y para aprovecharse de sus efectos después, lo que no parece compatible con una anulación o alteración grave de las capacidades mentales".

Según la sentencia original de 2017, el condenado cargó a la cuenta de su tía recibos por más de 33.000 euros y simuló su firma en un contrato de arrendamiento de la vivienda de Majadahonda a Adriana Beatriz Gioiosa.

Durante su declaración en el juicio, Bruno Hernández negó haber cometido los crímenes de su tía y de la inquilina, de quienes no recordaba nada, y se limitó a explicar su pertenencia a una hermandad secreta, llamada "ER", junto a importantes líderes mundiales.

DETALLES DE UN CRIMEN MACABRO
Gioiosa desapareció en la localidad madrileña de Majadahonda en mayo de 2015. Los investigadores detectaron que el casero, ahora el condenado, trató de picar el cuerpo en una trituradora que guardaba en su garaje. Como no lo consiguió tiró el cadáver descuartizado de Gioiosa en tres contenedores diferentes de basura.

El joven, que por entonces tenía 32 años, intentó elaborar una trama de engaños a través de mensajes falsos para hacerles creer a la familia de la víctima y a la policía que la mujer estaba de viaje y que por ese motivo no la podrían ubicar por un tiempo.

La argentina, que estaba desaparecida desde el 8 de abril de 2015, alquilaba un pequeño piso en la calle Sacedilla. Gioiosa trabaja en un local de Burger King de Majadahonda y dos meses antes de su desaparición había viajado a la Argentina para ver a su familia.

Fuente: EFE.