Durante cuatro meses seguidos, Dafina Malovska visitó a su médico de cabecera por una inflamación molesta en su abdomen.
La británica de 34 años no tuvo indicación de exámenes específicos ni de imágenes, sino que fue remitida al gastroenterólogo.
La primera explicación por la hinchazón parecía apuntar a un problema de estreñimiento y de intolerancia al gluten.
Un año más tarde, la mujer acudió a una consulta ginecológica privada, donde luego de varios exámenes encontraron un tumor en el útero.
Solo pasaron cuatro días para que Dafina recibiera noticias aún peores. El cáncer se había extendido a los ovarios y había que practicar una histerectomía.
El bulto que sacaron de su útero era de aproximadamente medio kilo. El hecho sucedió en el año 2014, pero la mujer, ahora de 40 años, ha desplegado una campaña para la detección temprana del cáncer en su país.
Sin tiempo para pensar en las consecuencias del error médico inicial como, por ejemplo, el adelanto de la menopausia, la mujer solo se concentraba en salvarse. “Salvar mi vida era la prioridad, así que tenía que hacerlo”, explicó a medios locales.
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