Lo que para algunos podría ser un acontecimiento menor, para otros puede ser un motivo de polémica. Eso es lo que ocurrió con un alumno de 10 años de un colegio de Milán, Italia, que llevó comida casera y por las reglas de la institución -que indica que todos los niños deben almorzar en el comedor- fue separado del resto y obligado a comer solo en un aula.
El acontecimiento enfrentó a algunos padres con el colegio y hasta incluso con las autoridades. No hace mucho un juez dio la razón a unos padres que se habían quejado de la calidad y cantidad de alimentos suministrados en la escuela y los autorizó a que llevaran alternativas caseras.
Anna Scavuzzo, responsable de la política de alimentación escolar en Milán, aseguró que llevar comida de casa supone una amenaza para la seguridad de los alumnos. “El almuerzo es un momento educativo”, aseguran los representantes de la política de alimentación escolar.
Y hasta incluso lamentan que “seis o siete personas estén creando un problema con esto”. Es por eso motivo que reivindican que en la escuela “hay reglas” y que si no se respetan, “todo se derrumba”.
Según consigna el sitio La Vanguardia, la polémica por la comida en las escuelas llegó a la política. Tal es así que mientras los representantes del Partido Demócrata de centro izquierda apoyan la prohibición de las comidas caseras como una forma de mantener el orden, miembros del conservador Forza Italia están a favor de la comida casera.
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