La víctima fue un trabajador al que BBC identificó con el seudónimo de James y en el engaño participaron dos mujeres.
De acuerdo con esa fuente, el británico se trasladó por trabajo en 2016 a Odessa, una ciudad portuaria en el sur de Ucrania.
Allí tenía una tradictora de nombre Julia, quien le propuso arreglar una cita con su amiga Irina, de 32 años, con quien salió varias veces.
Al regresar al Reino Unido, James se mantuvo en contacto con Irina a través de Viber y luego volvió de visita en varias ocasiones a Odessa para ver a quien ya era su novia.
Según relató, ella se negaba a tener relaciones sexuales antes del matrimonio.
En un moment James intentó convencer a su pareja que para que se mudó con él al Reino Unido y, al no tener éxito, vendió todas sus pertenencias y se asentó en Odessa.
Meses después, siempre de acuerdo con BBC, decidieron que se casarían y buscaron un departmaento. Y, para evadir las regulaciones fiscales del país, Irina le aconsejó a James que transfiriera 200.000 dólares en la cuenta bancaria de la compañía de su amiga Christina, quien además organizaría la boda.
Posteriormente, Irina le advirtió a James que el banco sólo podría procesar el dinero si estaba casado legalmente, por lo que le sugirió que se casara con Christina, pero James inicialmente se rehusó. La mujer amenazó con terminar la relación si no lo hacía, por lo que finalmente James sucumbió y decidió casarse con la otra mujer.
James contó a la BBC que Irina le informó que, según el sistema del país, sería más fácil divorciarse de Christina y volver a casarse con ella. Cuando finalmente se casó con Christina, las dos mujeres compraron el apartamento valorado en 200.000 dólares.
Luego se enteró cuenta de que el departamento realmente costaba 60.000 dólares, y que no estaba solo a su nombre, sino que también aparecía el nombre de Christina como copropietaria del inmueble. "Fui un idiota", lamentó James.
Boda, estafa e inacción policial
El día de la recepción de su boda, había unos 60 invitados, entre ellos la madre de Irina, quien resultó ser realmente la madre de Julia, la traductora. Cuando recibió la elevada factura por el evento, James se dio cuenta de que la recepción era una estafa y que probablemente era el único asistente que no estaba al tanto de lo que sucedía.
Más tarde ese mismo día, Irina se negó a casarse con él y le dijo que fue ingresada en un hospital.
Durante ese tiempo, James, quien además dice que lo drogaron durante la fiesta, también tuvo que pagar la factura del hospital por un monto de 12.000 dólares.
El británico intentó acudir a la policía de la ciudad para denunciar el caso, pero cuando narró todos los hechos, la policía se burló de él y no tomaron ninguna medida.
Ante la falta de interés de las autoridades, James acudió al investigador privado Robert Papian, conocido como “el Sherlock Holmes de Odessa”, quien está trabajando en el caso.
Foto: BBC
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