El número de muertos tras los terremotos y el tsunami de la semana pasada en Indonesia podría incrementarse en más de 1.000 personas más porque en la ciudad de Palu se hundieron en una enorme grieta en la tierra más de 1.000 casas, informaron hoy las autoridades.
El hecho se produjo en el barrio de Balaroa y el responsable local reconoció que podría haber unos 1.000 desaparecidos, aseguró el portavoz del servicio nacional de rescate, Yusuf Latief.
En dos partes de la ciudad de Palu, de 350.000 habitantes, la tierra se convirtió en una especie de papilla, un fenómeno conocido como licuefacción del suelo.
Mientras tanto, la ayuda va llegando al país cuando se cumple una semana del desastre. "La ayuda sigue llegando pero no todos los desplazados han recibido la asistencia adecuada tras el daño de las infraestructuras", dijo el portavoz de la Agencia Nacional de Gestión de Desastres, Sutopo Nugroho. "Todas las partes están intentando solucionarlo".
La ONU calcula que al menos 65.000 viviendas quedaron destruidas o dañadas y que 330.000 personas se quedaron sin hogar.
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