Portada  |  07 marzo 2017

Usaron un maniquí para atrapar a un asesino serial

La estrategia sirvió a las autoridades en Las Vegas para apresar a un hombre que mató a martillazos a indigentes cuando dormían en las calles.

Internacionales

La investigación del caso comenzó el 4 de enero pasado cuando la policía de la ciudad estadounidense de Las Vegas encontró muerto en la vía pública a Daniel Aldape, un sin techo de 46 años cuyo cadáver estaba envuelto en sus mantas y presentaba golpes con objetos romos.

Un mes más tarde, en la esquina opuesta, apareció el cuerpo sin vida de David Dunn, de 60 años, otro indigente sin hogar con traumatismo craneal extremo.

"Como digo cada vez que una persona sin hogar es asesinada, la vereda o una mancha suave de tierra no es lugar para que un ser humano tome su último aliento", dijo Andrew Walsh, capitán de la Policía de Las Vegas, quien afirmó que "nos tomamos esos crímenes muy personalmente".

A raíz de ello, los agentes desarrollaron una singular estratagema para capturar al responsable: colocaron un maniquí a modo de señuelo humano en el suelo cada noche después del asesinato de Dunn.

"Usamos algunas tácticas que normalmente no veíamos, pero no teníamos mucha evidencia", sostuvo Walsh al remarcar que en los casos de Aldape y Dunn no lograron dar con testigos.

El 22 de febrero último la maniobra dio sus frutos. A las 3 de la madrugada, gracias a las cámaras de vigilancia, detectaron el momento en que un hombre con capucha se acercó al muñeco que estaba bajo las mantas y lo atacó con un martillo.

Los policías ocultos tomaron cartas en el asunto y detuvieron a Shane Schindler, de 30 años.

Si bien en principio quedó acusado por llevar un arma oculta sin permiso, la investigación avanza para conectarlo con los asesinatos de Aldape y Dunn.

Daren Richards, el abogado público de Schindler, ya plantó su estrategia: "Nuestra defensa es que, al llevar un martillo en una bolsa, no se está cargando un arma oculta según la ley, o todos los trabajadores de la construcción y los carpinteros en esta ciudad serían arrestados mañana".

Mientras avanza el proceso, las autoridades intentan dar con familiares de las víctimas. "Son las caras perdidas de nuestra comunidad", dijo Walsh, quien añadió: "Nadie sabe quiénes fueron David Dunn y Daniel Aldape. Es triste que vivan para siempre en mi mente como dos individuos sin hogar que fueron asesinados. No hacían daño a nadie. Ahí es donde vivían, en ese vecindario, y ahí es donde murieron".

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