Graciela es una adulta mayor, si bien siempre se dedicó a bailar tango, desde que falleció su marido, hace tres años, se dedica exclusivamente a atender una tanguería. Elige y pasa música en ese lugar, organiza ella todo su trabajo.
Ella hace todo, alquila el local, arma flyers, se conecta a las redes sociales para invitar a los asistentes al baile. Recibe a los invitados, y cuando está todo listo, lleva su propio equipo de audio y pone música que seleccionó previamente. Dice que trabaja 24/7 para ese evento.
Nos cuenta el orgullo que le da pasar tango argentino, esa experiencia de pasar música la vivió en Estados Unidos, Nueva York, vivió de pasar tango argentino.
Ese trabajo es todo para no solo por lo económico sino porque la sostiene emocionalmente.
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