Yolanda es docente, tiene 3 hijos y está marcada la esclerosis difusa. La enfermedad le afecta a las articulaciones y la voz en forma intermitente.
Un día mientras daba clases en la primaria se le cayó el registro, el borrador y la tiza de las manos. Pensó que se trataba de anemia hasta que le confirmaron la esclerosis.
Pasó por mucha incertidumbre y luego, poco a poco, se inclinó a la fe. Rezar la sostiene y la potencia, en ese accionar descubrió que debería disfrutar el momento. Disfrutar cada instante con sus hijos. Y pensar en positivo, para volver a encontrarse con sus alumnos.
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