La confirmación de la muerte de toda la tripulación del submarino "Titan" expuso el nivel de riesgo del creciente turismo extremo. Cada pasajero que quisiera ir hasta el Titanic en ese prototipo de embarcación pagaba 250 mil dólares y firmaba todo tipo de documentos que advertían la peligrosidad de la aventura.
Los propios directivos de OceanGate -empresa que realizaba estos viajes- anunciaban la trágica expedición de 2023 como la última del año. El comienzo del viaje debió ser postergado por el mal clima: el equipo aprovechó una "ventana" meteorológica para iniciar la travesía. Pero había muchas otras alarmas sobre la seguridad del prototipo.
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En 2022, OceanGate anotó un logro mundial: filmó los restos del Titanic en 8K. Las imágenes mostraban, de un modo atrapante, cómo estaba el mítico transatlántico. La filmación valió como un éxito para la expedición pero pudo ser fatal. El influencer mexicano Alan Estrada participó de ese viaje: pagó 125 mil dólares por lo que muchos consideran una "experiencia única".
Según relató Estrada a varios medios internacionales, el viaje se interrumpió cuatro horas por problemas en la batería del submarino, lo que obligó a la tripulación a volver a la superficie mucho antes de lo previsto. Estrada registró en video su propia travesía y expuso no sólo los problemas técnicos del sumergible sino también la preocupación del equipo para sobrevivir.
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