El próximo Mundial de Clubes, que se celebrará en Estados Unidos del 14 de junio al 13 de julio de 2025, traerá consigo una innovación histórica: por primera vez, los árbitros llevarán cámaras corporales durante los partidos. Esta medida, aprobada por la IFAB (International Football Association Board) y anunciada por la FIFA, busca mejorar la transparencia en las decisiones arbitrales y ofrecer al público una nueva perspectiva de lo que ocurre dentro del campo de juego.

Pierluigi Collinapresidente de la Comisión de Árbitros de la FIFA, destacó que esta tecnología permitirá analizar mejor las decisiones y formar a los jueces de manera más precisa. Además, valoró que será una experiencia inédita para las transmisiones televisivas y el análisis arbitral.

"Es una buena oportunidad para ofrecer al público imágenes tomadas desde una nueva perspectiva y ángulo de visión. También tiene una finalidad formativa para los árbitros. Tener la posibilidad de analizar lo que el árbitro ve es importante para evaluar cómo se tomó la decisión y cuál era su perspectiva. Es una nueva experiencia para las emisoras de radio televisión y también nos sirve para formar a los árbitros", reconoció Colina.

La implementación forma parte de un proceso de preparación que incluyó seminarios realizados en Dubai, Buenos Aires y Zúrich, con la participación de árbitros de todas las confederaciones.

El director de la Subdivisión de Arbitraje, Massimo Busacca, remarcó que la prioridad es que los jueces pasen desapercibidos y el protagonismo lo tenga el juego. Aunque aún no se detalló cómo se utilizarán las imágenes de las cámaras, se espera que sean útiles para evaluaciones internas y el diálogo con jugadores y entrenadores, sin intervenir directamente en el desarrollo del partido.

Además de las cámaras, el Mundial de Clubes también estrenará una regla innovadora para combatir las demoras: si un arquero retiene el balón con las manos por más de ocho segundos, el árbitro cobrará un tiro de esquina para el equipo rival. Con estas medidas, la FIFA apunta a un fútbol más ágil, transparente y centrado en el espectáculo, sin que el arbitraje acapare la atención.

NA