Carla tuvo su sueño claro desde muy chiquita. Siempre jugaba a la pediatra, no a la médica, a la pediatra. Quería cuidar a alguien y para jugar con su estetoscopio de plástico su hermano era su paciente.
Cuando llegó al secundario tenía claro qué quería estudiar cuando terminara. Y la primera vez que un paciente le dijo doctora supo que su sueño se había hecho realidad.
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