Desde niña, Florencia Brown siempre tuvo un amor tremendo hacia su padre. Recuerda como si fuera ayer aquel sillón en el que se sentó con sus abuelos para ver la final del mundial. El gol del padre lo festejó como nunca. Incluso fue una sorpresa, porque todos pensaron en un primer momento que el Diego había hecho el gol. La alegría fue inmensa, y más cuando se reencontró con el Tata en el país. A los ojos de una niña, era casi inabarcable el cariño que percibía de la gente, de todo un país.
Al ver los festejos del Mundial 2023 recordó nuevamente todo lo vivido, es como un deja- vu que la remonta a unos de los momentos familiares más felices, más añorados.
Pasaron anécdotas hermosas juntos, acompañándose mutuamente. Pero el tiempo pasó, y el estado de salud del Tata fue empeorando cada vez más. Pronto el Alzheimer degradaba la memoria de aquel campeón. Los recuerdos se desvanecían continuamente, hasta que no pudo reconocer a su propia hija. Aquello fue un balde de agua fría para Florencia, un gran sufrimiento. Pero, de a poco, a través de sus canciones, reconectaba con su padre, de una manera cálida y genuina.
La muerte del Tata representó una enorme conmoción para la familia y para la gente que lo acompañó en toda su carrera futbolística. Hoy Florencia decide recordarlo con cariño, risa y música. Lo piensa una y otra vez en sus mejores momentos, y en sus canciones más profundas.
AGRADECIMIENTOS:
- Jardín Japonés - Sergio Miyagi: jefe de prensa del Jardín Japonés @jardinjapones
- Bonsai Studio - Marita
- Alejandro Sartori
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