En un nuevo capitulo de "Herederos" hablamos con Juan Manuel Castrilli. Hoy se desempeña en el Ministerio de Seguridad de la Ciudad de Buenos Aires, enfocándose en la seguridad dentro del mundo de deporte.
Recuerda una infancia llena de futbol, de partidos, pero también de peligro. Sabía que, cuando acompañaba a su padre, el conocido árbitro Javier Castrilli, algo podía salir mal. Pero tenía un manual de acción claro. Si había lío en la cancha, el tenía que ir directo a la comisaría para encontrarse allí con su padre. No debía esperarlo en la tribuna ni en sectores cercanos. Todo se trataba de un padre intentando preservar la seguridad de su hijo.
Sabe que Javier vivió fuertes críticas, en partidos donde impuso disciplina y amonestó a figuras de enorme renombre, como nada más ni nada menos que Maradona. A pesar de las cargadas que Juan Manuel escuchaba al respecto en su adolescencia, siempre respetó mucho a su padre, y nunca perdió el orgullo de portar el apellido Castrilli.
Hoy recuerda cada momento con cariño y también risa. E intenta utilizar de forma constructiva todo lo aprendido en su infancia para su labor actual.
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