Portada  |  28 febrero 2019

Contratado por un día: Roberto Funes Ugarte se prueba en una fábrica de zapatos

En Argentina hay 15 mil obreros de la industria del calzado. Son los fabricantes de una actividad que parece simple, pero lejos está de ello. Historias de pequeñas empresas y grandes familias.

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Están ocho horas por día parados. Pero no sólo trabajan con los pies. También, y sobre todo, lo hacen con las manos. Son los fabricantes de zapatos, una actividad artesanal que a simple vista parece simple y sencilla, pero que en realidad es tan compleja como sacrificada.

Y en una nueva entrega de Contratado por un Día, Roberto Funes Ugarte lo experimentó en carne propia. Pasó, con distinta suerte, por cada uno de los eslabones de la cadena de producción de la fábrica Gravagna, que se especializa en zapatos para mujeres.

El proceso se inicia con una plancha de cuero crudo donde, con moldes, se cortan las distintas partes del zapato, pero incluye muchas etapas, todas coordinadas de forma tal que, en promedio, se embala un par y medio por minuto.

Los operarios permanecen todo el tiempo parados frente a una máquina o a una simple mesa, ya sea cortando, cosiendo, encolando, puliendo, pegando, pintando, lustrando o finalmente embalando los zapatos.

Es un trabajo exigente. Tanto que suelen sufrir problemas lumbares, cortes en las manos, várices por estar tanto tiempo de pie y túnel carpiano, una afección típica de la actividad a raíz del esfuerzo que hacen con las manos.

Según informó la Unión de Trabajadores de la Industria del Calzado de la República Argentina (UTICRA), en el país hay 15 mil obreros de la industria del calzado registrados, diez mil menos que hace tres años. Es que la caída del consumo interno y la apertura de las importaciones provocaron que muchas empresas cerraran o tuvieran que achicarse.

Mientras que en 2015 se batió el récord histórico de producción con 125 millones de pares, en 2018 la marca fue de 90 millones, lo que representa una caída de casi el 30 por ciento.

Los sueldos van de los 18 mil pesos que gana un aprendiz, pasando por los 25 mil que percibe un oficial promedio hasta los 40 mil que reciben los que están en la cima de la pirámide: los capataces.

Con el 60 por ciento, la Capital Federal y la provincia de Buenos Aires concentran la mayor parte de la producción de calzado a nivel nacional, seguidos por Misiones (12%), Córdoba (10%), Santa Fe (9%) y el resto que se reparte entre las provincias de Tucumán, La Rioja y Catamarca.

Gabriel trabaja desde hace 13 años como obrero del calzado en Gravagna. Y hace unos años sufrió una grave lesión en una mano cuando se la apretó una prensa. Como recuerdo le quedan cinco clavos y una merma en la movilidad de los dedos.

Pero ahí sigue, fabricando cada día esos zapatos que le dan el sustento para vivir. Y en algún punto se siente como en su casa. Porque trabaja junto a sus dos hermanos y su padre. Es que así son la gran mayoría de las fábricas de zapatos. Pequeñas empresas. Y grandes familias.

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