Enrique De Vita tenía 49 años y era padre de tres hijos. Desde hacía 20 trabajaba como canillita atendiendo el puesto de diarios que había heredado de su papá en Lomas de Zamora.
Kike, así le decían sus amigos y familiares, había comenzado una relación en el 2020 con Natalia, una vecina del barrio. Ella había estado en pareja con Julio Mosevich, otro vecino conocido en el barrio. Julio, al enterarse del romance se opuso fervientemente, se acercaba al puesto a amenazar a Kike, le decía a Natalia que iba a hacer lo imposible para que estén juntos, pero todos minimizaban sus dichos.
Hasta que lamentablemente cumplió con su palabra. El 5 de febrero de 2021, en pandemia en pleno rebrote del coronavirus, se acercó con su auto al puesto, se bajó y le disparó cinco veces asesinándolo en el acto.
Desde ese día, Julio está prófugo y nadie sabe de él.
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