Como contadora, Cinthia toma todos los recaudos para no sufrir una estafa virtual. Pero no alcanza. Cada día aparece una nueva trampa. Ella estaba en el home banking del banco de un cliente cuando le llegó un mensaje, le pidieron un código y le robaron siete millones de pesos.
Todo ocurrió mientras estaba en la página oficial del Banco Hipotecario. De repente, le apareció un cartel que decía que, para seguir operando, debía actualizar el software e ingresar un token que iban a enviar al teléfono del titular de la cuenta.
Habló con su cliente, Daniel, quien le pasó el número que le llegó. Y apenas lo ingresó, la computadora se apagó misteriosamente.
Al día siguiente, Cinthia descubrió por qué: la llamó su cliente y le dijo que le faltaban los siete millones de pesos que tenía.
Los técnicos no encontraron ningún rastro, pero todo indica que a través de un virus hackearon su computadora y así accedieron a la cuenta.
Daniel se llevó la peor parte. Está pagando deudas para cubrir el dinero que le robaron y tuvo que pedir atención psiquiátrica. Es que el golpe duele en el bolsillo. Pero mucho más en la cabeza.
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