Camila está muy cerca de cumplir sus 16 años, pero le arruinaron la vida cuando tenía ocho años y desde ese momento nada volvió a ser igual que antes.
Todo empezó luego de que su papá abandonó a su mamá y la mujer debió salir a trabajar para mantener a sus hijas, que quedaron a cuidado de su abuela y la pareja.
Camila y su abuela tenían una relación muy cercana y pasaban mucho tiempo juntas. Pero las cosas dieron un giro impensado, cuando el hombre empezó a decirle que en realidad él era su novio, que era celoso y así empezaron los abusos.
Cuando su abuela salía a hacer las compras, el hombre aprovecha la situación para abusar de ella, bajo la amenaza de que, si hablaba y contaba el calvario que estaba viviendo, iba a matar a su abuela.
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— Telefe Noticias (@telefenoticias) 10 de julio de 2018
Pasaron tres años de tormento, hasta que un día la madre se llevó a sus hijas a vivir de nuevo con ella. Camila decidió callar, otra vez por miedo, hasta que después de tres años, contó lo que había pasado. Su madre, sin dudarlo, decidió hacer la denuncia, pero la Fiscalía nunca llamó a declarar ni a Camila, ni a su abuela. Tampoco se acercaron a realizar las pericias, ni tomar declaración, ni tampoco investigar la denuncia.
Después de un año y medio, el agresor trató de matar a su abuela y cumplir así la amenaza que durante años había hecho, si Camila hablaba y contaba los reiterados abusos que había sufrido.
Así fue como prendió fuego a la mujer, provocándole quemaduras en el 80 por ciento del cuerpo. Ahora se encuentra detenido acusado de violencia de género. Sin embargo, la Justicia nunca citó a declarar a Camila. ¿Qué hubiese pasado si Camila era escuchada? ¿Se podría haber evitado una tragedia? ¿No fue suficiente el calvario que tuvo que pasó?
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