El video pasó por todo el pueblo de Bragado, por grupos de Whatsapp y redes sociales. Varias personas comenzaron a hostigarla por la calle, y también por el celular. Belén se sintió avergonzada y frustrada, se adentró en una profunda depresión.
Días después su familia la encontró muerta en su casa. Se había disparado con su arma reglamentaria. Marcelo, el padre de Belén, está convencido de que la difusión del video y el hostigamiento posterior derivaron en la muerte de su hija. Y pide justicia por ello.
El caso nunca fue juzgado, ni siquiera hay una fecha de juicio. La familia de Belén pide que haya condena por las extorsiones y amenazas sufridas, y que comience a haber pena por la difusión de videos íntimos. En cuanto a esto último, trabajan para la promulgación de una nueva ley- “ley Belén”- enfocada en la tipificación de delitos cibernéticos.
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