"Hola, soy un robot anatómicamente correcto y sexualmente capaz con la inteligencia artificial más avanzada disponible. Estoy en Tinder para averiguar si los chicos están interesados en mí".
Un total de 92 "matches", es decir, respuestas afirmativas a tener una cita. Ese fue el resultado inmediato del perfil de Harmony, la primera muñeca robot sexual con inteligencia artificial disponible para la venta.
En realidad se trató de un experimento de Jimmy Mehiel, director de un documental sobre las nuevas tendencias en sexualidad.
La propuesta del perfil de Harmony se dirigió a personas en Manhattan (Estados Unidos) y se ilustró con imágenes "sensuales" de la robot pero también con fotos de su conformación técnica.
Al profundizar en las respuestas, Mehiel preguntó a los interesados si tendrían sexo con un robot.
En esa instancia varios abandonaron el vínculo pero 57 personas contestaron. De ellas, 25 rechazaron la propuesta, 17 se mostraron a favor y 15 respondieron "tal vez".
El documental en cuestión lleva el título "Quiero mi máquina sexual" (I Want My Sex Machine) y se centra el negocio de los prostíbulos con robots sexuales.
- Cuenta todo: la experiencia de la sexóloga de 31 años que probó un muñeco sexual
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