La increíble historia del hombre que tiene medio cuerpo y vive como estrella de rock

Aaron Wollin es un hombre de dos personas. En el escenario es el temerario más corto del mundo, conocido como Short E Dangerously, experto en azotar a la multitud en un frenesí intoxicante. Lanza cuchillos y camina sobre un fuego de cristal con sus manos. "Lo alto que se obtiene en el escenario es visceral, es primordial", dice Wollin. 

Pero fuera del escenario, una vez que cuelga su sombrero de vaquero, su verdadero yo se revela. "Tienes que tener un botón de encendido y apagado", dice. Wollin, que tenía las piernas amputadas cuando tenía dos años y medio debido a una condición llamada agenesia sacra, ha estado en el negocio del entretenimiento durante 20 años , y para los últimos cinco ha sido parte de la revista itinerante Hellzapoppin 'Circus Sideshow. "Estoy viviendo una vida de rock and roll que la mayoría de la gente sólo puede soñar", dice.

Para el fotógrafo Brian Lehmann, fue el personaje de Shorty quien lo cautivó por primera vez, pero fue la personalidad fuera de escena de Wollin la que llevó a Lehmann a seguirlo durante dos años. "Él es un tipo visualmente fascinante", dice Lehmann. "Pero no habría seguido disparándolo si no disfrutaba de su compañía". Wollin le dio acceso libre a su vida y el par se convirtió en buenos amigos. "Él me consiguió el verdadero", dice Wollin. No escondí nada.

El resultado es un retrato ferozmente íntimo de un hombre notable. "Creo que es importante mostrar su vida regular porque ese es el punto de la historia", dice Lehmann. "Él está haciendo todo lo que tú o yo hacemos; aspirar, andar en monopatín, salir con su perro ".

Cuando su madre falleció hace 12 años, se convirtió en un momento crucial en su comprensión de sí mismo. "Eso fue una verdadera llamada de atención para mí. Me di cuenta de lo que era importante en la vida y simplemente dejar todo lo demás ", dice.

Aunque Wollin atrae mucha atención femenina -una niña una vez le dio dos docenas de rosas después de un espectáculo- ha habido momentos en que la recepción no ha sido tan agradable. "Tengo una atención no deseada, pero esas personas son simplemente ignorantes o asumen algo incorrecto sobre mí", dice Wollin. La gente se le acercó en público y trató de darle dinero o hacer preguntas personales. "Asumen que no soy como ellos", dice Wollin. Pero, según Lehmann, estas instancias son pocas y distantes entre sí. "Es difícil tener una situación fea cuando el tipo tiene una gran sonrisa y se ve tan feliz", dice.

Fuente: National Geographic