Curiosidades
Sin tocar una nota, violinista logró fama, dio recitales en diversas ciudades y vendió discos
Jessica Chiccehitto Hindman creció en una pequeña localidad de la cordillera de los Apalaches, en Estados Unidos, donde comenzó su sueño de ser una famosa violinista.
A raíz de ello, sus padres apoyaron sus clases musicales, convirtieron el gimnasio de su pequeño instituto en sala de conciertos privada y la llevaron dar lecciones en otras localidades.
Hacia 2002 Jessica dio un gran paso en su carrera artística y se mudó a Nueva York para matricularse en una escuela de renombre.
Sin embargo, ante la dura competencia de al menos otra docente de talentosos violinistas en el lugar, la joven abandonó las clases.
A pesar de ello, Hindman adquirió cierta fama, actuó en televisión, brindó recitales y vendió millones de discos.
Hasta ahí nada raro como otros tantos casos de éxito. La diferencia es que Jessica logró todo eso sin tocar una sola nota.
Ahora varios años después su secreto parece haberle calado la conciencia porque en sus memorias -"Sounds Like Titanic"- admitió el fraude.
Allí la "artista" contó cómo durante cuatro años trabajó en una prestigiosa orquesta cuyos recitales no eran más que discos reproduciéndose de fondo mientras sus miembros fingían tocar los instrumentos.
De acuerdo con esa revelación, el público nunca supo que los micrófonos estaban desenchufados y que aquello que escuchaban era un playback.
"La prueba de sonido nos delató"
El fraude comenzó a desentrañarse durante un evento de caridad organizado por la cadena de televisión estadounidense PBS.
Su orquesta iba a tocar pero a minutos de comenzar la transmisión en vivo, no se escuchaba a ninguno de los instrumentos porque el playback tuvo un mal funcionamiento.
"Esa prueba de sonido nos delató, pero todavía salimos al aire", admitió Hindman a BBC.
Durante cuatro años, entre 2002 y 2006, Hindman "tocó" el violín con la orquesta en lugares tan diversos como centros comerciales y grandes auditorios. Viajaron por todo Estados Unidos e incluso recorrieron China, según reportó ese medio.
Según la violinista, el director de orquesta -llamado El Compositor en su libro- fue quien ideó la treta.
En busca de dinero
Al momento de unirse a la orquesta en Nueva York, Jessica tenía dos trabajos e incluso vendió sus óvulos para poder vivir en esa ciudad.
Si bien se había graduado con un título en Estudios sobre Medio Oriente en la Universidad de Columbia, guardaba la esperanza de convertirse en periodista.
En 2002, tenía 21 años y estaba buscando un tercer empleo cuando vio un anuncio en un foro de internet para estudiantes en el que se buscaba violinistas y flautistas para "tocar en una banda galardonada".
Se presentó y consiguíó el trabajo sin una sola entrevista, y sin tocar una sola nota frente a nadie.
"Todo se reduce al hecho de que necesitaba el dinero", afirmó ella.
Y de alguna manera justificó: "A la gente realmente le gustaba la música. Sí, no escuchaban a músicos tocando en vivo, pero las pistas grabadas eran música original hecha en el estudio por músicos reales".
"Mis padres y conocidos me enviaban dulces mensajes diciendo que me habían visto en la televisión y yo no podía decirles lo que estaba pasando", señaló.
Adicción y fin de la carrera musical
Para hacer frente a las duras horas de trabajo y los largos viajes por ruta a través de todo el país, según BBC, Hindman desarrolló una adicción a la cocaína y a las anfetaminas que contribuyó al deterioro de su salud mental.
Los ataques de pánico se convirtieron en un compañero de viaje, hasta que dejó la orquesta y regresó a casa de sus padres, con 26 años.
Tiempo después, consiguió un trabajo como secretaria, con el cual pudo cubrir su matrícula universitaria.