"No tengo nada que perder": el jugador congoleño que es sensación del Mundial de Handball

Si Gauthier Mvumbi, el imponente pivote de la República Democrática del Congo, da que hablar en el Mundial de Handball que se disputa en Egipto y, por su eficacia frente al arco y por sus 137 kilos, llamó la atención del propio Shaquille O'Neal, con quien lo compararon.

¿Habrá visto ya la leyenda de la NBA un partido de handball? Se puede dudar, puesto que este deporte es minoritario en Estados Unidos, pero 'Shaq' está muy presente en las redes sociales y a través de ellas alimentó el ruido mediático alrededor de este jugador congoleño que juega en el equivalente a la cuarta división francesa.

"Dicen que tú eres el 'Shaq' del handball, ¿qué está pasando?", preguntó el antiguo pivote de los Lakers (2,16 m), célebre por haber roto varios tableros de básquetbol con su peso (147 kg) y su potencia.

En un mensaje, este exasistente de educación en un liceo, de 26 años y un poco más pequeño que su ídolo (1,95 m), cambió de dimensión. "Realmente no estaba preparado" para la fama, contó a la ATP en el jardín del hotel de El Cairo donde se aloja la delegación africana. "Fue mi mujer la que vio el mensaje y que me dijo: '¡Shaq envió un mensaje!'".

Ocho goles en 25 minutos

Después de la entrevista, a Mvumbi, que quiere llegar a ser profesor de autoescuela, le pidió hacerse una foto un empleado del hotel. Un eco al mensaje que publicó en las redes sociales: "Vive tus sueños y pelea por ser quien eres".

Desconocido hasta este Mundial, Mvumbi se reveló en el torneo por su gran eficacia: jugó 11 minutos contra Argentina (derrota por 28-22) y 14 frente a Dinamarca, anotando entre los dos partidos 8 goles en 9 intentos. Su poderío en la línea de 6 metros llevó a los comentaristas argentinos a apodarle 'El Gigante'.

Desde entonces, el segundo pivote del equipo (Christian Moga disputa todas las fases defensivas y comparten los ataques) encadenó entrevistas y aprovechó de "este entusiasmo de locos" alrededor suyo, que llegó después de que en 2013 fuera rechazado por el centro de formación de Créteil, en Francia. "No fue nada bien", admitió el actual jugador de Dreux, su ciudad natal y en la que vive con sus padres.

Una "ventaja" en la cancha

Su sobrepeso fue siempre un tema delicado. "Siempre tuve un físico... favorecedor", dije con una sonrisa. "Actualmente es una ventaja porque lo utilizo" para imponerse ante sus rivales. Pero también fue esto lo que quizá le impidió entrar en el centro de formación de Créteil. "Seguramente. Me tocó un entrenador que lo basaba todo en el físico. Y mentalmente quizá tampoco estaba preparado. Por ello acabó en fracaso".

El objetivo de la selección congoleña en este mundial es pasar a la segunda fase y para ello deberán vencer a Baréin en el partido decisivo el martes. "La idea es decirle: 'aprovecha lo que conseguiste, pero mantenete en el objetivo de rendir'" para el equipo, sostuvo el entrenador adjunto Gabriel Bourguignon.

Pero no es fácil cuando se juega en una división semiprofesional y que actualmente se encuentra paralizada por las restricciones de la pandemia. No juega con el Dreux desde octubre y la participación con su selección le permitió volver a pisar una cancha y representar a su país de origen, presente por primera vez en un Mundial.

"No tengo nada que perder. Sea en positivo o en negativo, se habla de nosotros", resumió Mvumbi. (AFP)