Portada  |  28 julio 2023

Herederos: Agustín, Sofía e Inés, los hijos de Maru Botana

Tres de los siete hermanos cuentan cómo es la vida familiar, lo más divertido de tener una mamá famosa y los secretos detrás de la cocinera más querida.

Herederos

"Ser hijo de Maru Botana es lo más. Es divertida, le gusta estar con gente, estar con amigos, hacer actividades, viajes y además te consigue entradas gratis", cuentan Agustín, Sofía, e Inés, tres de los 7 hijos de la cocinera, que disfrutan de su mamá cada uno a su manera.

Agustín fue el primero de esta gran manada, a él le tocó vivir de cerca cada uno de los embarazos de su mamá y ver crecer a todos los hermanos que vinieron tras él. Dice que se defiende en la cocina, pero que en su casa hay tanta comida que solamente lo hace cuando está de viaje o en ocasiones especiales. 

Sofía cuenta que ella disfruta del espíritu alegre de su mamá y de los beneficios de la fama: "Conseguís entradas, de todo", explica entusiasmada. Para ella tener siete hermanos "es lo mejor", porque "siempre estás divertida, siempre tenés alguien con quien hablar". Ella no sigue los pasos de Maru en la cocina, cuando lo intentó fracasó y no le interesa volver a intentarlo, su camino va por las redes sociales y el modelaje.

La más chiquita es la que lleva en su interior la pasión por la cocina con la que Maru irrumpió en los medios y el mundo gastronómico. Inés prepara todo tipo de platos y acompaña a su mamá en su trabajo en los locales y sí, cuando hay muchos clientes ella también se pone a servir las mesas.  

Los tres se sorprenden día a día con el amor que Maru recibe en la calle. "Cuando vas creciendo te va impresionando las cosas que la gente hace por ella. Siempre está rodeada de amor. Disfruta mucho lo que hace", describe Sofía. 

Pero como toda familia a ellos también les tocó una época oscura, de dolor y sufrimiento que golpearon el entusiasmo y la energía de su madre. Hubo un tiempo en el que la alegría se apagó y en esa casa de tanto ruido, risas y platos ricos lo único que habían eran lágrimas. La muerte de Facundo, de tan solo seis meses de edad fue un cimbronazo que ellos también sintieron.

"De alguna manera nos hizo más unidos, más fuertes", cuenta Agustín, que como buen hermano mayor se hace cargo de la pregunta más difícil. "Ver a mis padres, mis tíos y abuelos así, fue como: 'Woow, pueden llorar horas y horas'. Ese día prendías la tele y estaba en todos lados, no había forma de pensar en otra cosa".  

Pero el amor fue sacando a todos hacia adelante nuevamente. Poco a poco, entre todos fueron empujando y las heridas cicatrizaron. Después de Facundo llegaron Juan Ignacio y la pequeña Inés y ahora sí, todos sienten que definitivamente la fábrica se cerró.

Finalmente, antes de seguir dándole ruido y movimiento a esa casa plagada de hijos, Agustín, Sofía e Inés le dejan un deseo a su mamá: "Que siga siempre así, para adelante y nunca cambie". 

AGRADECIMIENTO:  

BONSAI STUDIO- AV INDEPENDENCIA 2968. TEL: 011 4957-4449. AGRADECIMIENTO ESPECIAL A MARITA Y DARÍO.  

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