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Canadá: Trudeau enfrenta un caso de corrupción que pone en riesgo su carrera

Las supuestas presiones del Primer Ministro al Ministerio de Justicia para que retirara sus acusaciones contra una importante constructora revelan un lado más sombrío del Trudeau que prometió un futuro “soleado” tras ser elegido en 2015 después de una decenio de gobiernos conservadores.
Por Telefe Noticias

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Las políticas progresistas y gestos a favor de las mujeres y las minorías étnicas del primer ministro canadiense Justin Trudeau lo elevaron a la categoría de ícono global, una imagen que sale muy deteriorada por el demoledor testimonio que se escuchó en el Parlamento federal.

En el centro de la polémica está la empresa de ingeniería SNC-Lavalin, señalada por pagar decenas de millones de dólares en coimas a Saadi Gadafi, hijo del dictador libio, y otros altos cargos del régimen, para conseguir contratos.

De acuerdo con la exministra de Justicia Jody Wilson-Raybold, el primer ministro Trudeau y su equipo la presionaron largamente para que retirara los cargos contra la constructora.

De ser condenada por corrupción, SNC-Lavalin quedará excluida de los contratos de obras públicas en Canadá durante 10 años, como el Banco Mundial lo hizo en 2013 por un caso similar ocurrido en Bangladesh.

“Me dijeron que si no llegábamos a un acuerdo [extrajudicial] se perderían demasiados empleos y SNC-Lavalin se llevaría su sede de Montreal”, aseguró Wilson-Raybold el miércoles frente a los parlamentarios.

La exfuncionaria se negó y advirtió a Trudeau que no iba a interferir en el trabajo de los fiscales. Por eso, según su versión, en enero fue trasladada del Ministerio de Justicia a una cartera de menor rango, la de Veteranos.

Wilson-Raybold renunció el pasado 12 de febrero, después de que el diario de Toronto The Globe and Mail publicara una información sobre las presiones de la oficina del primer ministro en favor de SNC-Lavalin. Y buscó un abogado para determinar qué partes de la historia podía contar en público.

En su opinión, Trudeau y su equipo no hicieron nada ilegal pero sí inadecuado.

El caso está en manos de la oficina de ética del Gobierno para determinar si se ha violado la ley sobre conflictos de intereses. La oposición conservadora reclama la renuncia de Trudeau y una investigación policial.

"Tenemos algunas discrepancias de perspectiva sobre este tema, pero puedo asegurar a los canadienses que estamos haciendo nuestro trabajo de una forma que respeta y defiende a nuestras instituciones”, aseguró el premier el jueves. Su principal asesor, salpicado por el escándalo, cayó.

Trudeau reconoció haber hablado con Wilson-Raybold de las implicaciones que una condena a la constructora podía tener en términos de puestos de trabajo, pero asegura que la decisión final era de la exfuncionaria “y nada más que suya”.

SNC-Lavalin, cuyo principal accionista es la Caisse de Dépôt et Placement de Quebec, un territorio electoral clave, da empleo a 50.000 personas en todo el mundo (9.000 en Canadá).

La denuncia de las presiones a Wilson-Raybold es problemática para la imagen de Trudeau por más motivos.

La exministra desciende de una tribu nativa y su nombramiento en el primer gabinete (paritario, “porque estamos en el 2015”, dijo orgulloso en ese momento) fue un guiño a las comunidades indígenas, un gesto hacia la reconciliación nacional.

Trudeau tiene por ahora el apoyo de las principales figuras del Partido Liberal, la formación de centroizquierda a la que también pertenecía su padre, el ex primer ministro Pierre Trudeau. Pero el descontento es palpable.

“Solo queremos que la verdad salga a la luz”, reclamó la diputada liberal Wayne Long, una de las figuras de la izquierda que pidió investigar qué pasó. Y calificó como algo "profundamente problemático” que la exministra haya corroborado las alegaciones originales.