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El asesino de Diana Quer confesó dónde estaba el cadáver para "mitigar el sufrimiento de la familia"
Pasaron casi 500 días para que la Guardia Civil pudiera localizar, en una búsqueda dramática, el cuerpo sin vida de Diana Quer, la chica de 18 años hija de una argentina que había desaparecido el 22 de agosto de 2016. Y no fue al azar: el principal sospechoso de su desaparición, José Enrique Abuín, conocido como “El Chicle”, intentó secuestrar a otra joven en Navidad y tras quedar detenido y quedarse sin ninguna coartada a su favor no tuvo más opción que confesar.
Primero dijo que la atropelló, después que en realidad trató de violarla y que, como se resistió, la estranguló hasta matarla. El asesino fue sometido a un interrogatorio a contrarreloj que se extendió durante diez horas, en el que finalmente, dijo que había arrojado el cuerpo de la joven en un pozo dentro de una fábrica abandonada. Después de casi 500 días de dolor, llevó a los investigadores hasta el lugar, donde fueron encontrados los restos humanos.
El abogado defensor del asesino, José Ramón Sierra, dijo que Abuín declaó dónde estaba el cuerpo para “mitigar en la medida de lo posible el sufrimiento de la familia”. En las últimas horas, el detenido se negó a declarar y quedó en prisión incomunicado y sin posibilidad de fianza sospechado por el asesinado de la joven de 18 años, que desapareció tras asistir a las fiestas de la localidad donde veraneaba.
Según publica el diario El País, al momento de la confesión, “El Chicle” lloró, dramatizó y mintió. Porque primero dijo que la atropelló y después que trató de violarla y luego la estranguló. Mintió también al decir que había arrojado el cuerpo a un descampado, pero que no lo iban a encontrar porque habían movido las tierras. Entonces dijo que la había arrojado a un desagüe. Hasta que aseguró que la estranguló “sin querer”, en el forcejeo, y arrojó su cuerpo a un pozo de una nave de la parroquia de Taragoña. Cuando los investigadores encontraron el cuerpo, estaba desnudo.

El asesino estaba en una lista de 200 sospechosos que habían estado en el lugar donde Diana había desaparecido. En su prontuario tenía otros antecedentes por agresiones sexuales y drogas. “Había pasado un tiempo en prisión –unos meses- acusado de violación”. Supuestamente, “violó a la hermana gemela de la que desde hace más de 15 años es su pareja, Rosario Rodríguez”, señalan las mismas fuentes. “La amenazó con un cuchillo en el cuello, la metió en el maletero de su coche y se la llevó a un descampado para abusar de ella”, aseguran fuentes de la investigación. La presión familiar, y el hecho de que no la creyese ni su propia hermana, llevaron a la chica a retirar la denuncia y los cargos contra él y el caso se archivó y El Chicle quedó en libertad.
Cuando quedó detenido por intentar secuestrar a una joven en Navidad, todas las coartadas a su favor se derrumbaron. Su pareja, que había declarado estar con él la noche en que Diana desapareció cambió su versión y dijo que esa noche no estuvo con Abuín.
AMPLIACIÓN | Las primeras identificaciones visuales del cadáver reafirman a los investigadores de que se trata del cuerpo de Diana Quer. El Chicle y varios agentes de la Guardia Civil ya han abandonado el lugar del crimen https://t.co/l4e6iMfwfc [Info @OLFonseca y @corralfoto] pic.twitter.com/Lw28SPIEQ6
— EL PAÍS (@el_pais) 31 de diciembre de 2017
Ahora, tras el hallazgo del cuerpo y mientras se espera el resultado de la autopsia, el juzgado de Instrucción número 1 de Ribeira, que investigó desde el inicio la desaparición de Diana Quer y sobreseyó las diligencias de forma provisional por falta de pruebas, volverá a abrir la causa entre para proseguir con estas pruebas y con el caso del intento de secuestro de la vecina de Boiro en Navidad.
Con respecto al cadáver hallado en un pozo, dentro de una nave de Rianxo, el informe preliminar de la autopsia indica que se trata de una mujer probablemente de entre 18 y 20 años, de cabello largo y oscuro. La causa de la muerte, según el Tribunal Superior, se encuentra "a estudio", aunque en un examen preliminar "no se encontraron signos de violencia, pero sí indicios claros de criminalidad".
Mientras tanto, los investigadores trabajan en conjunto para distinguir lesiones, heridas de arma blanca, contusiones, impactos de bala o signos de violación, en el cuerpo que atribuyen a la joven. Esto es así porque estuvo durante 16 meses sumergido en agua, motivo por el que estaba en en estado de saponificación. Se trata de un proceso natural que se repite normalmente en los cadáveres que pasan largo tiempo sumergidos, en el que los tejidos adiposos reaccionan químicamente de la misma manera que ocurre con la grasa en la fabricación de jabón.