Internacionales
María cuenta cómo fue su intento para cruzar la frontera para ingresar a EE.UU.
María tiene 35 años y es una de las miles de migrantes que partieron desde Honduras para buscar una mejor calida de vida en Estados Unidos. Ella sobrevive, junto a sus mellizas Saira y Cheili, en las carpas humanitarias montadas en la frontera, en el lado de Tijuana, México.
Su historia sirve como ejemplo de otras miles. Historias que se repiten y que explican este éxodo masivo que encuentra manos solidarias a lo largo de su recorrido pero que también debe enfrentar la hostilidad de las autoridades.
Los gases en la frontera
Unos 500 migrantes centroamericanos intentaron cruzar este domingo en Tijuana la valla fronteriza entre México y Estados Unidos, pero desistieron al ser alcanzados por gases lacrimógenos lanzados por guardias estadounidenses, en un incidente que llevó al cierre de esta frontera por unas horas.
Desesperados de estar hacinados en un albergue donde hay aproximadamente 5.000 personas, unos 500 migrantes se treparon sobre una de las dos vallas fronterizas sorprendiendo a policías mexicanos que se vieron por completo superados.
"Estamos dispuestos a dejar aquí la vida con tal de pasar", dijo a la AFP Mario López, un hondureño que empujaba a su hija de tres años a través de un agujero del muro fronterizo a ras de terreno durante la intentona.
La niña, que había perdido sus sandalias en la estampida, se arrastró en la tierra queriendo pasar al otro lado.
Esto llevó a la agencia de aduanas y de seguridad fronteriza de Estados Unidos a cerrar el paso fronterizo por unas horas.
Tras fracasar en su intento, el ánimo decayó entre los migrantes, que regresaron al albergue asustados por la dura réplica de los estadounidenses y entre rumores de que podrían ser detenidos por policías mexicanos en el camino.
Pero eso no ocurrió, y a medida que llegaban al albergue, muchos con las ropas llenas de tierra y rasgadas tras trepar la valla metálica, respiraban aliviados y se dirigían al sitio donde militares mexicanos servían una comida, constató la AFP.
"Usaron balas de goma" los estadounidenses, denunció un hombre que pidió no ser identificado por temor a represalias, mientras mostraba a la AFP dos hematomas en el estómago de unos tres centímetros de diámetro.
"Nos habían dicho que si cruzábamos ya nos iban a dar asilo, porque estábamos en Estados Unidos, pero ahora parece que nos querían matar y nos dio mucho miedo", dijo Flor Jiménez, hondureña de 32 años que viaja con su esposo, su hermana y su hija pequeña, a la que llevó hasta la reja fronteriza.
El ministerio de Gobernación (Interior) advirtió en un comunicado que "procederá a deportar inmediatamente a las personas plenamente identificadas que participaron en estos hechos violentos".
La alcaldía de Tijuana informó de su lado que capturó a 24 hondureños cuando regresaban del fracasado intento de cruzar, pero no detalló si los entregó a Gobernación.
La postura de Estados Unidos
Los migrantes centroamericanos "NO ingresarán a Estados Unidos", había escrito ya Trump en Twitter. "No entrarán a nuestro país", repitió frente a reporteros, antes de volar a Misisipí.
Trump hizo de esta "caravana", que avanzó en el último mes por Centroamérica y luego por México con rumbo a Estados Unidos, un tema central de la campaña para las elecciones de medio mandato del 6 de noviembre.
El lunes, el presidente instó al Congreso a financiar la construcción de un muro en la frontera sur con el que pretende frenar la inmigración ilegal y el crimen, una de sus promesas insigne en su carrera a la Casa Blanca en 2016.
El tema del muro estará en el centro de los debates sobre una ley de financiamiento parcial que debe ser aprobada antes del 7 de diciembre en el Congreso.