Su novio le dijo que quería separarse, le pidió un último beso y le arrancó la lengua

En diciembre de 2016 Adaia conoció por Internet a un vecino de Vilanova i la Geltrú, Barcelona (España), y pronto comenzaron una relación sentimental.

Dos meses más tarde, "harto de sus cambios de humor", el joven decidió poner punto final al noviazgo.

Pero la muchacha no se lo tomó buen y causó destrozos en el departamento de su ya expareja.

Un tiempo después se reconciliaron y retomaron la relación, aunque surgieron otra vez problemas que les impidieron estabilizarse como pareja.

Nuevamente, el joven fue quien tomó la decisión de romper, se lo comunicó a Adaia y ella tuvo una reacción violenta.

Sin embargo, tras la furia inicial, la joven regresó arrepentida. Con los ánimos más calmos, ella pidió perdón, lo abrazó y le rogó por un beso de despedida.

Entonces llegó el denominado "beso de la muerte" en el que la chica mordió la lengua de su ex, se la arrancó, la escupió en el suelo y se fue corriendo, dejando al muchacho con la sangre brotando de su boca.

Un vecino salió en auxilio de la víctima, llamó a los servicios de urgencia y lograron detener la hemorragia.

En tanto, la joven fue arrestada en la calle. Tras negarse a declarar, recuperó la libertad y ahora llega a juicio.

La Fiscalía pidió una condena de ocho años de prisión mientras que la querella reclamó diez por el agravante de alevosía.

En declaraciones a La Sexta, Adaia afirmó que sufría maltrato por parte del muchacho. Y sobre el corte de lengua, aseguró que se estaba defendiendo porque él no la quería dejar ir: "Se puso encima y, cuando pasó eso, me estaba ahogando".

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