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Tras matar a su esposa embarazada y a sus dos hijas, logró un acuerdo para evitar la pena de muerte
Christopher Watts se declaró culpable del asesinato de su esposa embarazada y sus dos hijas, y de esa manera evitó la pena de muerte en Colorado (Estados Unidos)-
El hombre, de 33 años, logró un acuerdo con la Fiscalía y el resto de la familia de sus víctimas: nunca tendrá derecho de libertad condicional y pasará toda la vida en prisión.
"No quiero estar en la posición de decidir quitarle la vida", afirmó la madre de Shanann Watts, la esposa asesinada.
A partir del acuerdo judicial, Watts acudió a la última audiencia del juicio y pronunció la palabra "culpable" cuando el juez Marcelo Kopcow le leía los cargos por las muertes de Shanann (34 años), y sus hijos, Bella (4) y Celeste (3) .

"Se merece una sentencia de por vida por cada acto", dijo el fiscal de distrito del condado de Weld, Michael Rourke, quien contó cómo llegaron a un convenio por la sentencia con la familia de Shanann.
Tras criticar los "retrasos extraordinarios" en las ejecuciones en Colorado por decisiones del gobernador John Hickenlooper, el fiscal afirmó que los familiares de la mujer asesinada "estaban muy a favor de una resolución en este caso sin llegar a la pena de muerte".
Y en ese marco, Rourke relató que Sandra, la madre de Shannon, le dijo: "No quiero estar en la posición de decidir quitarle la vida".
Watts recibirá su sentencia formal el 19 de noviembre.
Los asesinatos y la confesión
El 13 de agosto Christopher Watts se quebró y admitió haber asesinado a su esposa embarazada de 15 semanas y a sus dos hijas.
Días antes había aparecido ante las cámaras de televisión para pedir la aparición con vida de su familia. "Espero que ella esté a salvo en algún lugar con las niñas (…) Shannan, Bella, Celeste, si están por ahí, vuelvan. Si alguien las tiene, devuélvalas", suplicó.
Sin embargo, las contradicciones y algunas pruebas comenzaron a arrinconarlo y finalmente confesó. Aunque en principio se justificó afirmando que tuvo un arranque de furia al llegar a su casa y encontrar a su esposa ahorcando a sus hijas porque él le había pedido el divorcio.
Más tarde, esa misma versión se desmoronó y se supo que cometió los asesinatos dentro de la vivienda familiar en Frederick, una pequeña ciudad a unos 50 kilómetros de Denver.
Entonces decidió encubrir todo y traslado los cuerpos a tanques de petróleo de la compañía Anadarko, donde él trabajaba meses atrás.
Los cadáveres de las nenas fueron hallados sumergidos en un tanque de aceite y el de Shannan en una tumba poco profunda.
Investigadores deslizaron entre las hipótesis de los crímenes una relación extramatrimonial del hombre y profundos problemas financieros.