Ferni Ayala tenía 28 años, un hijo de 10 y estaba en pareja desde hacía un año con Esteban Rojas. Vivían en el Barrio 21-24, en Barracas, al sur de la Ciudad de Buenos Aires.
Según la familia de Ferni, se los veía bien, contentos, a ella la veían feliz. Hubo una alerta, a principios de enero de este año, cuando ella le dijo a su mamá que Esteban era muy celoso, que se quería ir a España y no lo aguantaba más.
Un mes después, la noche del 19 de febrero, Ferni salió a bailar con Esteban, hermanas de ella y amigos. A las 7 de la mañana volvieron ellos dos a su casa, y vecinos confirman que solo vieron salir a Rojas.
A la mañana siguiente, Ferni no fue a buscar a su hijo, tal como había quedado. Eso despertó preocupación en su familia, la buscaron, hicieron una denuncia y terminaron entrando al departamento por la fuerza. La encontraron muerta, tenía heridas de bala en el pecho. Los peritos confirmaron que llevaba varias horas fallecida.
Desde ese día Esteban Rojas se encuentra prófugo, figura con alerta roja y está entre los más buscados por Interpol. El 10 de mayo, el Ministerio de Seguridad de la Nación ofreció una recompensa de 5.000.000 de pesos para quienes aporten datos para dar con su paradero.
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