Ella trabaja en una empresa que hace carteras y el resto del día está encerrada en su casa con sus tres hijos porque su exmarido y padre de su última hija la sigue amedrentando.
Lejos de su familia vive con miedo, el único lugar de contención y asesoramiento legal es la Dirección general de género de la ciudad de Quilmes, a cargo de la Ileana Lingua. Eva nos da su relato en primera persona con las marcas de ese miedo que aún no cesa y lo lleva en la piel.
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