La infancia de la inglesa Tabitha Rogers estuvo lejos de ser ideal, así creció soportando burlas y no sintiéndose cómoda consigo mismo.
A los 24 años, con 130 kilos, decidió realizar un viaje por Europa, pero cuando llegó a su asiento no cabía. Esa fue la gota que colmó el vaso y entendió que era el momento de un cambio.
Lo primero que dejó fue el azúcar y el gluten. Explicó que ese pequeño gran cambio ya la hizo sentirse mucho mejor. Luego, abandonó las comidas procesadas y se concentró en mantener una cierta consistencia en sus hábitos alimenticios. A todo eso le sumó ejercicio diario en sólo 11 meses logró perder 65 kilos.
Su rutina fitness comenzó con caminatas y nadar, debido que cualquier ejercicio exigente le era imposible debido a que el exceso de peso podían generar una lesión en las rodillas. Luego, sí, incluyó circuitos más intensos y ejercicios musculares de resistencia.
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