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Alarmantes revelaciones de maltrato en un hogar de niños en Tartagal: buscan a una nena que se escapó
En una situación profundamente inquietante, salen a la luz denuncias de malos tratos y abuso en hogares de niños de la región, dejando al descubierto una realidad devastadora para los menores más vulnerables. Entre estos aterradores testimonios, uno destaca con particular gravedad: el caso de una menor de 11 años que desapareció del Hogar Anzaldi, generando una intensa búsqueda y una desgarradora protesta por parte de su madre.
La menor, asistente de la escuela Divina Misericordia, fue vista por última vez el pasado lunes. El Hogar Alzaldi, donde residía junto a sus hermanos, alega que fue retirada por su madre. Sin embargo, la madre niega haber buscado a la niña. En una desesperada manifestación de angustia y preocupación, la madre se encuentra encadenada a las puertas de la Ciudad Judicial de Tartagal, exigiendo respuestas y la pronta aparición de su hija.
Lamentablemente, este incidente no es aislado. Se suman revelaciones de otros menores que han sufrido maltratos en el Hogar de Niños Gualterio Ansaldi, incluso con la trágica pérdida de un bebé. Los relatos de los niños ponen de manifiesto un cuadro de violencia y abuso que desafía la dignidad y los derechos más fundamentales de estos jóvenes vulnerables.
Uno de los afectados compartió su experiencia desgarradora: "Un día me pegaron, Paola estaba enojada porque me levanté al último. Me sirvió el té y me lo tiró. Me fui al lavadero y me encerró, le pedía que me abriera y me tiró contra la heladera, me quedó morado. Después me insultaba y veían todos mis hermanitas, yo no quería que lloraran".
La voz de otro niño reforzó la triste realidad que enfrentan: "Me maltrataban, me pegaban, me encerraron en el lavadero. Quedé sin comer, me decían que era gordito, que tenía que bajar de peso. Me sentí mal y mis hermanitas estaban ahí, una materna les dijo que fueran a jugar afuera y les pegó a mis hermanitas. Me pegaron también con el palo de la escoba. No quiero volver a ese lugar, era triste. Había un bebé que murió".
Estos jóvenes también revelaron que, después de regresar a sus familias, fueron amenazados para que no hablaran sobre los abusos que habían sufrido por parte de las "maternas". El miedo y la tristeza se apoderan de ellos, como uno de los niños expresó: "Estamos con temor. Un día antes de que saliéramos nos dijeron que no dijéramos nada porque íbamos a volver al hogar y que nos iban a separar. Estamos tristes y asustados, no queremos volver a ese lugar".