Condenaron a prisión perpetua al policía bonaerense acusado de matar a Luciano Olivera en Miramar

El Tribunal en lo Criminal N.º 1 de Mar del Plata condenó este viernes a prisión perpetua al policía bonaerense Maximiliano Abel González, quien había sido declarado culpable por un jurado popular del homicidio triplemente agravado del adolescente Luciano Olivera, ocurrido durante un operativo policial en la ciudad de Miramar en diciembre de 2021.

La sentencia fue dictada por el juez Facundo Gómez Urso, quien rechazó el planteo de inconstitucionalidad de la pena presentado por la defensa y confirmó la aplicación de la sanción máxima prevista en el Código Penal. González, de 29 años, fue condenado como autor del delito de homicidio agravado por el uso de arma de fuego, por alevosía y por abuso funcional de un integrante de una fuerza de seguridad, una figura que contempla como única pena la prisión perpetua.

El fallo se conoció luego de la audiencia de cesura realizada el 12 de diciembre, tras el veredicto unánime emitido el 28 de noviembre por un jurado compuesto por 12 ciudadanos, en el marco del régimen de juicio por jurados vigente en la provincia de Buenos Aires.

En su resolución, el magistrado desestimó el planteo de inconstitucionalidad de la prisión perpetua y sostuvo que la pena impuesta “no se presenta contraria a nuestra Constitución Nacional”, teniendo en cuenta la gravedad del hecho y las circunstancias agravantes acreditadas durante el debate oral.

El juez también valoró que González, en su carácter de integrante de la Policía bonaerense, abusó de su función y del uso del arma reglamentaria al disparar contra la víctima, un joven de 16 años que no representaba una amenaza. En ese sentido, afirmó que el acusado “integraba una fuerza de seguridad estatal ordenada tras la protección y tutela del ciudadano, tergiversando su esencia y convirtiéndose, a través de su actuación, en su verdugo”.

El crimen ocurrió en la madrugada del 10 de diciembre de 2021, cuando Luciano Olivera se encontraba con amigos en la plaza central de Miramar. Tras un llamado al 911 por ruidos molestos, un patrullero se dirigió al lugar y, de acuerdo con lo reconstruido en el juicio, el adolescente se retiró en una moto y fue perseguido por el móvil policial.

El tribunal dio por probado que, luego de interceptarlo en la vía pública, González descendió del patrullero y efectuó un disparo con su arma reglamentaria que impactó en el pecho del joven. La autopsia determinó que el proyectil causó lesiones cardíacas, pulmonares y hepáticas, y provocó una muerte casi instantánea.

Fuente: Infobae.