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Cayó la banda que mantuvo secuestrado a un empresario durante ocho días
Los detalles del caso se darán a conocer en una conferencia de prensa a las 19, en la Superintendencia Seguridad situada en Autopista Ricchieri y Camino de Cintura, en La Matanza, se explicó.
Daniel Rebagliati (53), dueño de la empresa Cintra, dedicada a servicios de seguridad ambiental, fue abandonado por sus captores cerca de las 3 de la madrugada del 6 de mayo en proximidades de una remisería de Adrogué, desde donde se comunicó con su familia.
Según los investigadores, el dueño de la empresa que se dedica a la limpieza del Riachuelo, entre otras actividades, fue interceptado el martes 28 de abril cuando acababa de salir de la firma, ubicada en Leandro N. Alem 5925 de Martín Coronado, partido de Tres de Febrero.
Rebaglati iba a bordo de una camioneta Ford Ranger blanca ploteada con datos de la empresa cuando le cruzaron un auto y se lo llevaron cautivo en su propio vehículo, el cual apareció horas más tarde abandonado en La Matanza.
Mientras sus familiares lo esperaban en su casa del barrio porteño de Villa Devoto, uno de los captores realizó una primera llamada a la familia en la cual dijo que tenían secuestrado a Rebagliati y exigió dos millones de dólares como rescate para liberarlo.
Desde entonces, comenzó una negociación con uno de los hermanos del empresario que se extendió durante ocho días y que concluyó cuando acordaron el pago de 1.500.000 pesos.
El abogado del secuestrado, Rafael De Francesco, detalló que los captores llamaban dos veces al mediodía y dos veces a la noche para negociar.
"Cuando había algo que no les gustaba, nos castigaban con el silencio de ocho o diez horas y era una de las mayores torturas que teníamos", afirmó el letrado.
Según De Francesco, las comunicaciones duraban entre 45 y 50 segundos durante los cuales ellos trataban de explicarle a los secuestradores que la suma que pedían era "exorbitante".
Además, en tres o cuatro ocasiones hablaron con Rebagliati, quien les pedía que no llamaran a la Policía y les decía que estaba bien.
"Fue una negociación muy difícil, porque los secuestradores eran muy profesionales y no aceptaban disminuir el monto del rescate", dijo a Télam un investigador.
El abogado del empresario contó que los captores hasta les llegaron a pedir que vendiera la empresa, como parte del "apriete", pero finalmente juntaron el dinero para el rescate entre familiares y amigos.
Sobre cómo se efectuó el pago, familiares relataron que les hicieron lo que denominó una "tarea de ablande", que se extendió desde las 23 hasta las 6 de la mañana, cuando los hicieron concurrir a distintos puntos de la ciudad, luego tomarse un tren y arrojar el dinero cuando la formación estaba entre las estaciones de Santos Lugares y Caseros.
Horas después el empresario fue liberado encapuchado en Almirante Brown, le dijeron que caminara y a las tres cuadras llegó a la remisería "Chubut".