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"Uña y mugre": se hicieron amigos en pandemia, ahora quiere adoptarlo formalmente
A más de tres años del comienzo de la pandemia de COVID-19, aparece una nueva historia de las tantas que esta experiencia dejó: la de Alejandro y Danilo, “Uña y mugre”, como se presentan en las redes sociales, donde cuentan sus aventuras.
Todo empezó en marzo de 2020. En esa primera semana de aislamiento total, Alejandro salió a dejar la basura de su casa en un volquete y se encontró con un nene rubio, algo sucio, que le llamó la atención. Creyó que estaba jugando, así que le dio un discurso de por qué debía estar en su casa y no en la calle.
“Amigo, estoy laburando, no jodás”, le respondió el pequeño de ocho años: no estaba jugando sino juntando cobre y latas para sobrevivir día a día. Esa contestación dejó mudo a Alejandro. Regresó a su casa sin entender lo que acababa de pasar. Un poco embroncado por cómo lo había callado un nene, volvió a buscarlo y le ofreció enseñarle boxeo.
Danilo, a quien hoy bautizó como "Choclo", debido a la gigante melena rubia que tenía el día que lo conoció, le dijo que “él se paraba de manos” con cualquiera. Cuando lo invitó a comer a su casa le respondió: “Yo laburo, yo me pago lo mío”.
La secuencia de hacer deporte y comer algo rico la repitieron a diario. Hasta que un día, Alejandro no pudo ir y fue “Choclo” quien se acercó a la casa a buscarlo. Así comenzaron a forjar un vínculo que hoy es inseparable.
Con él correr del tiempo, Danilo conoció y se familiarizó con el contexto de Alejandro, pero también fue al revés: el pequeño pedía prestado un carro y lo pasaba a buscar en caballo para ir a juntar latas; los días que no se lo daban, trabajaba igual y le pedía que lo llevara en la moto a vender lo que había conseguido.
"Choclo" vivía con su papá y sus hermanos en una casilla. Un contexto difícil que tuvo un desenlace peor: la prendieron fuego y perdieron todo. Ese día, Alejandro le propuso irse a vivir con él.
"Yo ya me había encariñado con él, yo ya le tenía un amor muy grande. Pensar que él esté pasando una mala situación me torturaba la mente, no me dejaba dormir", reveló el joven de Longchamps.
El hombre se encargó de todo: desde anotarlo en la escuela hasta enseñarle a jugar a la Play. Lo lleva a la maestra particular, a la peluquería y de vacaciones. Cocinan juntos, arman planes para el fin de semana y hasta se cepillan los dientes al mismo tiempo.
“Yo salí de la zona de confort con él. El me enseñó más a mí, que yo a él. Yo estoy en duda. Cuando vi lo que hacía, a la edad que hacía, me puse a estudiar inglés, a informarme, a ver cómo generar más ingresos”, explicó Alejandro.
La pregunta de “¿Por qué haces todo esto por mí?”, existió. “Porque te quiero”, como respuesta, alcanzó para que Danilo entendiera todo.
Ellos están como “uña y mugre” desde hace más de tres años pero eligen contar su historia ahora en redes. Si bien Alejandro explica que su intención no es la de exponerlo hubo una necesidad reciente del pequeño en dar a conocer lo que vivió a tan corta edad.
“Él esta semana me dijo que quería ser youtuber, que quería contar su historia. Quería hacerlo y ‘vamos a hacerlo’ le dije yo. Yo no me esperaba tanta repercusión. El video pasó los dos millones de reproducciones en Tik Tok, me llegaron miles de mensajes”, reveló el joven de 26 años.
LA RELACIÓN CON SUS PADRES Y LA SITUACIÓN LEGAL DE DANILO
El padre de Danilo se encargó de ayudar a Alejandro en todo lo que necesitara para anotarlo en la escuela y también está dispuesto a firmar los papeles para que formalizar la adopción.
“Yo con el padre, por suerte, la derecha con ese hombre. Me dijo ‘llevalo amigo, yo no puedo tenerlo, te agradezco por todo’, con lágrimas en los ojos me lo dijo”, contó a Telefe Noticias. “Yo quiero adoptarlo al 100% y quiero que tenga relación con su padre biológico”, agregó Alejandro.
Según cuenta, la mamá de Danilo se apartó de la crianza del nene. La gran duda que queda en el aire es si firmará o no los documentos necesarios para que, además de ser su amigo, Alejandro pase a ser el tutor legal de Danilo.