Curiosidades
El terrible accidente que le cambió la vida a la mujer que fue récord por tener las uñas más largas del mundo
Lee Redmond es una estadounidense, con 79 años que entró en el libro Guinness de los Récords en 2003 por ser la mujer con las uñas de ambas manos más largas del mundo. Pero, desgraciadamente, en 2009 sufrió un accidente que provocó que se le rompieran.
La mujer comenzó a dejárselas largas en 1979, cuando solo medían menos de 5 centímetros de largo. Pero cuando logró el récord, 24 años después, ya tenían 7 metros y 51,3 centímetros de longitud y, pasado el tiempo, llegaron a medir hasta 8,65 metros.
"Había algo único en las uñas de Lee porque eran bonitas", declaró Craig Glenday al portal de Guinness World Records. Y es que, al contrario que otras personas que entraron en el libro con un logro similar, sus uñas no se retorcían y hacían una enorme forma de arco, quizá debido a lo que se las cuidaba.
Redmond se negaba a cortárselas y explicó que pasaba horas untando aceite de oliva tibio en ellas y botella y media de endurecedor de uñas. En una entrevista en 2007 con ABC la mujer aseguró que le crecían casi 4 centímetros al año.
Lo que más curiosidad producía de su peculiaridad era cómo podía hacer cualquier tarea con ellas. Según Mirror, ella aseguraba que no podía estar en espacios reducidos, como el baño de un avión, pero podía hacer muchas otras cosas, incluso cuidar de sus nietos. Lee Redmond opinaba que se sentía protegida por sus uñas, pero su escudo se rompió en 2009 en un accidente de coche.
La estadounidense iba de pasajera en un vehículo que perdió el control y se chocó con otro, que a su vez se estrelló con un tercer y un cuarto coche. Todos fueron llevados rápidamente al hospital y no hubo graves lesiones, pero sus uñas se rompieron. Su manicura quedó notablemente más corta, como se puede ver en la entrevista en vídeo que le hicieron ese mismo año, pero aún seguían siendo bastante sorprendentes.
Ahora, a sus 79 años, está retirada y, tras su accidente, no quiso volver a intentarlo, pues tenerlas así de largas le costó 30 años. Aun así, conserva algunos trozos de sus uñas rotas como recuerdo.