El escenario es Georgia, Tiflis. Anano, una nena seis años, está sola. Viste un tapado rosa pastel que se ajusta a su diminuto cuerpo, un pantalón color azul y unas pequeñas botas que parecen ser de cuero o algo similar. ¿Cómo te llamás?, le pregunta primero una pareja de jóvenes que pasa por su lado y la ve. Luego inquieren en cosas como las siguientes: ¿estás sola? ¿vivís acá cerca? ¿te perdiste?
What would you do if you saw a 6-year-old alone in a public place? https://t.co/IbLdjQDbGZ #foreverychild pic.twitter.com/4J3x9IODqz
— UNICEF (@UNICEF) 29 de junio de 2016
Minutos después el escenario es el mismo, pero Anano es otra. Su rostro y vestimenta cambiarán como parte de un experimento social que la tiene como protagonista. Anano, una pequeña actriz, es ahora una nena en situación de calle, con la cara sucia y la ropa gastada. Anano es ahora invisible. La gente pasa por su lado pero ya nadie la ve. Anano no está ahí. O sí, pero sola.
Anano, una pequeña actriz, es ahora una nena en situación de calle, con la cara sucia y la ropa gastada. Anano es ahora invisible. La gente pasa por su lado pero ya nadie la ven. Anano no está ahí. O sí, pero sola.
La misma prueba se repite dos veces en un centro comercial. Primero la gente se acerca, la saluda, le sonríe. Minutos después Anano, la nena sin techo, no es nadie. Una mujer agarra su cartera y se aleja. Pero lo peor ocurre luego: cuando la nena se sienta en una de las meses un hombre llama al mozo. “¿Podés llevártela afuera?, pide, sin ningún tipo de estupor. Anano se levanta se la silla y se aleja. Después corre y luego llora.
El experimento fue realizado por la organización Unicef, quien advirtió que el objetivo es enfrentar “nuestros propios prejuicios y recordar que todos los niños merecen una oportunidad”. “Esta injusta situación de rechazo es la que viven millones de niños en el mundo. Algo que se podría evitar con la voluntad de personas, gobiernos, donantes, empresas y organizaciones internacionales", apuntó.
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