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Desalojan a los trabajadores de la cooperativa “La Robla”
Los trabajadores habían denunciado maniobras fraudulentas del último titular de la empresa. Desde octubre del año pasado, los empleados decidieron autogestionarse para conservar sus trabajos tras enterarse de la quiebra.
Claudio Oviedo, presidente de la cooperativa que gestiona el bar, señaló en mayo pasado: “No queremos que nos regalen nada, lo único que queremos es trabajar”.
María Rachid, legisladora por el Frente para la Victoria (FpV), presentó un proyecto “para declarar parte del Patrimonio Histórico Cultural de la Ciudad a este bar, que antes de 1958 era un conventillo histórico y luego pasó a ser un restaurant español”.
Sin embargo, el proyecto de ley no alcanzó. Y este miércoles por la mañana se está llevando a cabo el desalojo por orden judicial a pedido de la propietaria del inmueble sito en Viamonte y Pasaje del Carmen, por lo que hay un corte de tránsito en la intersección de Viamonte y Uruguay.
La propietaria del inmueble no quiere seguir alquilándolo. “Nosotros queremos que la propietaria nos dé más tiempo para buscar otro local”, aseguraba Roxana López (37), la tesorera de la cooperativa el mes pasado. “No queremos perjudicarla porque sabemos que ella está en todo su derecho a vender la propiedad, ella quiere vender, no le interesa alquilar”, se lamentaba. “Como cooperativa queríamos alquilarle el local, pero ella no quiere arreglar ningún tipo de contrato, quiere que nos vayamos”, agregaba.
El restaurante está abierto desde hace tres décadas. Se especializa en pescados y mariscos.
Desde 2010 era administrado por el empresario uruguayo Alex Gordon y su socio Julio Rozas Chevalier, de la misma nacionalidad. Previamente a la quiebra, Gordon estaba acusado de vaciar la cadena de comidas rápidas "Nac & Pop", al contraer grandes deudas y dejando a sus empleados en la calle de manera abrupta.
De una forma similar, estafó a la gente de "La Robla": luego de usufructuar por un tiempo el fondo de comercio, originando deudas tanto en el alquiler del local, como a los proveedores y a los trabajadores, se retiró de la actividad quebrando el negocio sin indemnizar a sus empleados.