Vínculos en modo fiesta: la presión del "ser feliz"

Llegan las fiestas y, de repente, sentimos esa presión invisible: la de ser la familia perfecta, el anfitrión impecable y la persona radiante que el Instagram nos exige. Pero seamos honestos, las reuniones familiares a veces parecen una olla a presión.

“Desde el coaching entendemos algo simple pero poderoso: la fiesta de afuera es solo un reflejo de la fiesta (o el caos) que llevamos adentro. Si queremos vínculos sanos, tenemos que empezar por ordenar nuestra ‘casa’ interna. Y la herramienta principal para esto es algo que usamos todos los días: el lenguaje, la comunicación”, señala la coach ontológica Verónica Jaroslavsky, especialista en crianza, vínculos, fertilidad y perinatalidad.

El poder de decir "No"

En estas fechas, nos volvemos expertos en decir "Sí" por compromiso, por miedo a un malentendido o por el clásico "qué dirán". 

• Tip Ontológico: Decir "No" es la declaración más sana. No es un rechazo a la persona, sino un límite de energía y tiempo. Es un acto de dignidad personal.
• Regala Aceptación: También es vital el "Gracias" genuino. “Cuando agradeces lo que es (incluso lo imperfecto), dejas de luchar internamente contra lo que debería ser. Eso baja la guardia de todos”, explica Jaroslavsky.

Aprender a escuchar

Las tensiones en Navidad y Año Nuevo vienen de confundir nuestros juicios con la realidad.

Jaroslavsky recomienda soltar viejos resentimientos ("Me hizo daño hace tres años..."): “Dejás de ser la víctima de una historia que ya terminó. El perdón, visto así, no es un favor que le haces al otro; es tu propia libertad”.

Por otro lado, un cuerpo relajado invita a una mejor conversación. Así que “si notás la tensión en tu cuerrpo, hacá una pausa. Andá al baño o salí un momento al aire libre. Hacé una respiración profunda (inhalá contando hasta 4, exhalá contando hasta 6). Volevrás con los hombros más relajados y una postura más abierta”, es su sugerencia para afrontar las tensiones en la mesa de encuentro familiar. 

“No puedes controlar lo que dicen o hacen los demás. Pero sí podès controlar quién elegís ser en ese momento. Y esa es la clave para que la paz y los vínculos sanos sean el verdadero motor de tus celebraciones”, concluye Jaroslavsky.