Espectáculos
Romina Manguel: "Uno denuncia cuando puede, no cuando quiere"
Por Adriana Sandro*
Hay historias que lamentablemente tienen similitudes: es la de la periodista Romina Manguel con la de Thelma Fardin, la joven actriz que se atrevió a denunciar al actor Juan Darthés por violación durante la gira de la comedia juvenil “Patito Feo” en 2009, cuando ella tenía 16 años, y a transmitir así su esencia de verdad a hombres y mujeres que a veces prefieren mirar para otro lado.
La comunicadora Romina Manguel contó en el programa "Animales sueltos" (América TV) sobre un abuso que sufrió hace seis años en un estudio de radio y no se anima a denunciar: "Era una persona grande, 39 o 38 años, y alguien muy, pero muy conocido... Preguntáme si lo voy a denunciar y te digo que no. Porque uno denuncia cuando puede, no cuando quiere. Yo no lo puedo hacer, no tengo las herramientas. Este medio es sumamente machista, porque el patriarcado no se cayó. Aunque creo que hoy marcó un punto de inflexión. Y porque no te creen. Yo te cuento de un tipo sumamente exitoso, buen mozo, que se llama a sí mismo padre de familia y yo te digo me encerró en un estudio".
La periodista se refirió además a la complicidad del entorno, pues antes de arrinconarla ese hombre le pidió a la locutora y a un técnico que estaban presentes que los dejaran solos. Y así lo hicieron.
¡Hacéte cargo cuando te dicen no! “No es no”. No vas a convencerme con un “Mirá cómo me ponés”. "El tiempo de silencio se terminó”. “Todas somos Thelma”. Que la tendencia y los hashtags no queden en lo anecdótico: a recordar el camino recorrido y ganado defendiendo con un "Sí te creo” a cualquier víctima de abuso o acoso que cuente su malestar, sin prejuicios y con un abrazo que la aleje de la absurda vergüenza social y se anime a contar su verdad. Que las sombras del miedo no impidan contar historias hasta hoy ocultas.
Ayer y hoy, la vigencia de la literatura de Platón se renueva más que nunca en tiempos de lucha femenina. En su alegoría, se perciben unos hombres encadenados en lo más profundo de una caverna, donde solo pueden ver una pared. Desde que nacieron no salieron ni miraron hacia atrás para conocer el origen de las cadenas que los atan. Sin embargo, a sus espaldas, hay un muro y una hoguera. Entre el muro y la hoguera hay hombres que sostienen objetos. Debido al fuego, las sombras de los objetos son proyectadas sobre la pared y los hombres encadenados pueden verlas. Ellos convivieron con esa situación desde que nacieron, por lo que no sentían curiosidad de darse la vuelta y comprobar qué era lo que reflejaban esas sombras. Pero ésta era una realidad engañosa. Esas sombras los distraían de lo que era la verdad.
Gracias a su valentía, uno se animó a girarse y ver más allá. Primero se sintió confuso y le molestaba el destello de luz que irradiaba la hoguera. Entonces pensó: ¿había creído que las sombras eran lo único existente cuando no era así? El camino hacia la salida no fue sencillo, a cada paso sus dudas lo tentaban con la posibilidad de volver a sus sombras. Pero no se dejó vencer por el miedo y salió de la caverna. Cuando corrió hacia atrás para contárselo a sus compañeros, estos lo recibieron con burlas que reflejaban la incredulidad que sentían por lo que el aventurero les contaba.
La alegoría de la caverna de Platón ayuda a reflexionar sobre la dualidad de nuestra realidad, que implica decidirnos a dejar de lado el miedo y salir a la realidad.
Retomando la confesión de Manguel, a su testimonio sumó: "¿Sabés lo que van a decir? 'Lo buscó, lo provocó'. Por eso agradezco a mis amigas. Yo no nací feminista y es un camino que empiezo a recorrer ahora. El no es no, siempre. Si yo subo a tu departamento, si vos me invitás yo puedo ir y eso no quiere decir nada. Yo puedo ir a tu casa y no quiere decir nada. Podemos comer y tomar un vino y tampoco. Y hasta lo voy a decir en estos términos: podemos estar los dos en bolas, en un momento álgido, y yo no tengo ganas y no sigue siendo no, en cualquier momento".
Esto puede pasar con familiares, amigos, colegas o desconocidos: “Sos una fanática feminista”. “Lo acusó porque estaba enganchada con él”. “Son todas unas histéricas”. “Algo ella habrá hecho para que él lo interpretara mal”. “Nos atacan todo el tiempo”.
Pero se puede salir de la caverna, #SoyThelmaFardin lo demostró, así lo refleja también en sus redes sociales con una frase célebre de la ferviente defensora de los derechos de la mujer Simone de Beauvoir: “Que nada nos defina. Que nada nos sujete. Que sea la libertad nuestra propia sustancia”.
* Adriana Sandro es periodista en Telefe Noticias y Lic. en Psicología - MN 53315