Economía
Miami reconfigura el juego urbano: la previsibilidad, el factor clave
En los últimos años, Miami protagonizó un ascenso como polo económico, creativo y urbano tras convertir clima, diversidad y planificación en ventaja competitiva. El turismo inyectó US$ 21.300 millones a las arcas locales. El especialista argentino Jorge Pérez opina que América Latina podría aprender mucho de esa ciudad. Además, analiza qué desafíos aparecen cuando se piensa Miami a 50 años.
Jorge Pérez creció en Latinoamérica, se formó entre diferentes culturas y construyó una de las trayectorias más potentes del real estate norteamericano. Desde fines de los años '70 impulsó transformaciones profundas en barrios que nadie miraba y lideró los desarrollos que cambiaron la imagen global de Miami.
"La mezcla me marcó desde chico. Haber vivido entre comunidades distintas me enseñó a leer mejor cómo cambia una ciudad cuando cambia su gente. En Estados Unidos aprendí disciplina, planificación y escala. De Latinoamérica me quedó la sensibilidad por la diversidad social y la idea de que una ciudad no funciona si deja afuera a quienes la sostienen. Esa combinación define mi manera de trabajar", afirma Pérez, al frente de Related Group y acompañado por sus hijos Jon Paul y Nick, con quienes supervisa proyectos en Estados Unidos, México y Brasil.
La evolución de Miami
Miami pasó de ser postal a convertirse en ecosistema económico, cultural y tecnológico. "La clave fue entender que la ciudad podía ser más que sol y playas. Hubo inversión pública sostenida, una apertura cultural enorme y un desarrollo privado que acompañó con calidad arquitectónica. La llegada de empresas tecnológicas, la consolidación de Art Basel, el crecimiento del aeropuerto y la infraestructura hicieron que Miami dejara de ser un destino estacional para convertirse en plataforma global. Hoy no es solo una ciudad para visitar. Es una ciudad para producir", señala.
"Aprendí a trabajar con presupuestos ajustados, a respetar a las comunidades y a escuchar más que imponer. Esa base me acompaña incluso en los proyectos de lujo. Una ciudad saludable necesita variedad, que va desde viviendas accesibles hasta propuestas premium. No hay contradicción", agrega.
Y analiza con atención el movimiento de capital latino en Florida: "La estabilidad regulatoria, la carga impositiva favorable y la agilidad para hacer negocios fueron claves en ese proceso de crecimiento. Florida ofrece reglas claras y previsibilidad, algo muy valorado por quienes llegan de economías más volátiles. Además, hay diversidad, seguridad y una vida cultural que creció muchísimo. Todo eso sostiene la demanda más allá del clima".
"Se dice que Latinoamérica tiene enorme capacidad de generar valor pero carece de estabilidad. Por eso muchos eligen resguardar capital en Florida. También muestra afinidad cultural. Para un argentino, un colombiano o un mexicano, Miami es cercana. Hablan el idioma, conocen la dinámica y confían en el marco legal. No es fuga. Es búsqueda de previsibilidad", enfatiza.
Conocido en el mundo por sus diseños icónicos, asociaciones innovadoras y obras de arte de nivel museístico, ha construido y administrado más de 120.000 unidades de condominios, alquiler y comerciales. Su firma atraviesa por estos días la expansión más significativa hasta la fecha, con más de 90 desarrollos activos en Estados Unidos y América Latina.
Tradición familiar
Pérez trabaja con sus dos hijos en la dirección del grupo: “Jon Paul y Nick aportan mirada contemporánea, manejo de datos, sensibilidad por la sustentabilidad y un entendimiento muy natural de lo que buscan los compradores jóvenes. Yo sigo marcando visión y estructura. Ellos aceleran los cambios y empujan la innovación. La combinación funciona porque todos entendemos que la empresa tiene que seguir evolucionando”.
"Hoy los compradores globales buscan confianza. Una marca fuerte garantiza diseño, servicio y consistencia. No es solo estética. Es saber que la experiencia va a tener un estándar alto. Por eso trabajamos con St. Regis, Ritz-Carlton, Baccarat, Waldorf Astoria o Rosewood. Son alianzas que suman identidad al edificio y le dan al comprador algo que trasciende la unidad que es pertenecer a un ecosistema de calidad", puntualiza.
El futuro de Miami
Jorge Pérez evita simplificaciones y mira Miami como un sistema en permanente mutación. Para él, el futuro urbano se juega en la calidad de la planificación, la diversidad social y la capacidad de una ciudad de adaptarse sin perder identidad. Sostiene que Florida seguirá atrayendo capital e inmigración porque combina algo que el mercado valora: reglas estables, clima favorable y una red cultural que crece año tras año. Una fórmula que, por ahora, sigue enamorando al mundo.
"A 30 o 50 años hay que planificar infraestructura, movilidad, energía, espacios verdes y resiliencia climática. Y hay que construir edificios que duren. En Related evaluamos cada proyecto con esa lógica. No es solo vender hoy. Es asegurarnos de que la ciudad sea mejor dentro de medio siglo", concluye uno de los desarrolladores más influyentes del continente.