Informes Especiales
El colectivero que se convirtió en un amigo incondicional
Una historia de amistad y solidaridad que llegó al corazón de todos en Mariano Acosta.
Gael, Ciro y Mateo van juntos a la escuela y este año se hicieron de un gran amigo. Pero no es un compañero. Es un colectivero. ¿Por qué? Porque cada vez que pasa por la parada y los ve venir corriendo, José les hace luces, se estaciona a un costado y espera a que suban para que no lleguen tarde a clase. Por eso hoy entre los tres le dieron un regalo, subieron la foto a las redes sociales y la historia se volvió viral.
Los tres van a primer año del colegio Nuestra Señora de Lourdes, y, como son vecinos, toman todos los días el colectivo 503 en el kilómetro 37 de la ruta 200, en Mariano Acosta.
Y cruzar la ruta no es una tarea sencilla. Tanto que muchas veces implica perder el colectivo que está llegando a la parada.
Por eso José se convirtió en su gran aliado. Apenas los ve con el uniforme, se estaciona unos metros más adelante y los espera. No se va hasta que no suben todos.
“La verdad que nos salvó un montón de veces de llegar tarde, porque si perdemos el colectivo después tenemos que esperar veinte minutos para que venga el otro”, cuenta Gael.
En agradecimiento al gesto de José, las madres de los chicos decidieron que había que hacerle un regalo. Compraron un mate y le grabaron una inscripción: “Para José, del 503. Los chicos del 37”.
Los chicos se lo entregaron, Delia, la mamá de Gael, subió la foto a las redes sociales y la historia emocionó a todos. Pero, sobre todo, a su gran protagonista: José.